Imitar a la naturaleza puede ser una vía para diagnosticar y tratar enfermedades. Eso es lo que piensa un equipo de la Universidad de Granada que ha fabricado bacterias con propiedades magnéticas que en un futuro, no muy lejano, podrían servir para diagnosticar o tratar enfermedades como el cáncer o como un suplemento idóneo vitamínico.
En futuro, reconoce el investigador, estas bacterias magnéticas artificiales podrían emplearse en aplicaciones biomédicas, ya sea para obtener imágenes de resonancia magnética y poder diagnosticar, o para calentar células malignas mediante hipertermia magnética y así curar enfermedades como el cáncer. Más cercano y sencillo parece su empleo como suplemento vitamínico, debido al elevado contenido de hierro de la bacteria.
Pequeños imanes
Los investigadores han desarrollado este trabajo en colaboración con la empresa Biosearch Los resultados de esta investigación han sido publicados en el último número de la revista «Advanced Functional Materials».
Para diseñar estas bacterias magnéticas artificiales, los científicos se inspiraron en unas bacterias que existen en la naturaleza (magnetobacterias), que producen en su interior, de manera natural, unos pequeños imanes que les sirven fundamentalmente como sistema de orientación, esto es, a modo de brújula interna. ABC