Esta deformación, que se atribuye tanto al aumento de peso como al incremento de la holgura de las articulaciones, puede conducir a un aumento permanente de la talla de zapatos.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores tomaron medidas de los pies de más de medio centenar de mujeres al comienzo del embarazo y cinco meses después del parto.
Los resultados revelaron que, en la mayoría de los casos, tras la gestación se había producido un cambio permanente en el pie. En concreto, los pies se hicieron más largos y más anchos para el 70% de las mujeres que participaron en el estudio.
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