"Soy una persona feliz, amo la vida y amo las mujeres", declaró el dirigente, de 74 años, a los periodistas italianos que le interrogaban en Bruselas, tras finalizar el Consejo Europeo, sobre el nuevo escándalo que sacude a la política italiana.
Toda la prensa transalpina informa sobre el asunto que implica a una joven marroquí, llamada Ruby, quien, buscando iniciar una carrera en el mundo del espectáculo, habría participado en fiestas de contenido sexual.
Detenida por la policía tras ser acusada de robo, Ruby habría reconocido su participación en fiestas celebradas en Arcore, la residencia privada de Berlusconi cerca de Milán (norte).
La prensa, por el momento, descarta que la joven haya mantenido relaciones sexuales con Berlusconi y los abogados de éste también lo negaron.
"Nadie podrá cambiar mi estilo de vida, estoy orgulloso de él. Llevo una vida terrible, avanzo haciendo esfuerzos sobrehumanos, trabajando hasta las dos y media de la madrugada. Después me acuesto y me levanto a las siete de la mañana. Y si, de vez en cuando, necesito una fiesta para distraerme, nadie me hará cambiar de estilo de vida", agregó.
"Les deseo la misma serenidad con la que me miro al espejo", espetó Berlusconi a los periodistas.
El jefe del gobierno italiano está acusado de haber presionado para lograr la liberación de la joven Ruby.
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