— Acerca del posible encuentro entre Fedecamaras y el Gobierno, ¿cómo se dio ese acercamiento?
— Cuando nombraron a Miguel Pérez Abad, con el que tenemos una antigua relación, muy cordial, él me llamó diciendo que tenía interés en reunirse con nosotros porque había recibido instrucciones del Presidente para reunirse con diversos sectores, economistas, en una señal de amplitud que nosotros celebramos. En esta petición tuvimos un consejo nacional y nombramos una comisión que estará integrada por el Comité Ejecutivo de Fedecámaras y por dos actores regionales y sectoriales que vamos ahora a pedir la cita formal con el señor Pérez Abad para ver cuándo podemos hacer nuestro planteamiento.
— ¿Y para cuándo cree que se pueda concretar la reunión?
— No lo puedo precisar, para nosotros es la prioridad, nosotros creemos que las medidas económicas hay que tomarlas cuanto antes y la propuesta que estamos haciendo la hacemos desde hace un año, o sea que cuanto antes se haga mejor. Nosotros vamos a transmitir la urgencia que tiene la toma de decisiones y que nosotros queremos ser parte de la solución, ya la pelota queda del lado del gobierno.
— ¿Cuáles son los planteamientos que ustedes van a hacer?
— Fundamentalmente nosotros vamos a hacer una propuesta de carácter integral que ya hemos venido presentando al país: ‘Nuestro compromiso con Venezuela’, lo hemos venido enriqueciendo con aportes de diferentes sectores. Allí plasmamos soluciones transversales y verticales. Pensamos que un cambio de modelo no solo es necesario sino urgente, creemos que hay que tomar medidas de tipo macroeconómico, infraestructura que hay que rescatar (…).
— ¿Están dadas las condiciones para que el Gobierno y empresariado se sienten en una mesa de diálogo?
— Las condiciones han estado siempre, a medida que la crisis empeora es más necesaria las reuniones, en estos momentos estamos con una situación económica terrible, creo que todavía Venezuela no ha vivido la magnitud del problema que tenemos, nosotros hemos tratado de advertirla sin ánimo de ser catastróficos y provocadores, hay que advertir la crisis que se nos avecina. Es el momento, evidentemente que el Gobierno nos tiene un poco confundidos con estas señales que está lanzando con las cuales se apresan y detienen a ejecutivos de importantes organizaciones empresariales contra las que se ha desatado una especie de cacería de brujas y que no ayuda para nada a que el diálogo sea productivo, además que no genera ninguna confianza, factor fundamental para que el diálogo tenga un final feliz.
— Justamente con el tema de Farmatodo usted decía que para el Gobierno son los empresarios los próximos presos políticos, ¿así se siente el empresariado del país?
— Si, claro, porque cuando tú no tienes el derecho a la debida defensa, todavía no hemos escuchado el planteamiento del sector empresarial, cuando se te priva de los derechos fundamentales establecidos en la Constitución, que es tener un juicio digno, tú te puedes considerar un perseguido o preso político. Es un preso por razones no establecidas en un código penal sino en una Ley de Precios Justos sumamente subjetiva, en la que el delito de boicot, por ejemplo, que es novedoso en Venezuela, se establecen penas muy graves, y evidentemente no hay condiciones para que eso se esté aplicando y mucho menos con funcionarios de una cadena tan seria y formal como lo es Farmatodo.
— ¿Qué tanto hay de guerra económica en la situación del país?
— Nosotros hemos rechazado siempre ese concepto y sobre todo el país, el 80% de la población de venezuela no cree que haya guerra económica, cree que hay un gobierno que no toma decisiones, como lo establecen todas las encuestas. El concepto de guerra económica ha sido comprado por muy pocos acólitos del Gobierno que no pasan de un 22%, yo creo que La población venezolana mas que hablar de guerra quiere hablar de paz, que los productos aparezcan, y este lenguaje de guerra que nosotros rechazamos y que negamos que exista, es un desvío de a quien echarle la culpa en un proceso en el que el único culpable es el gobierno por una consecuencia de malas políticas y una falta de decisiones que no terminan de tomar.
— El Gobierno anunció un nuevo esquema cambiario, ¿para cuándo cree que den detalles del mismo?
— Ojalá fuera adivino con estos anuncios que hace el Gobierno de anunciar lo que se va a anunciar, uno siempre está a la espera. Cada día que pase es un día más de incertidumbre, un día más de desconfianza, un día más que aleja inversiones; lo fundamental para los empresarios es que tengan las reglas claras y que esas reglas sean permanentes en el tiempo. ojalá cuanto antes los anuncien.
— Sobre el tercer mercado cambiario, ¿cree que con ello fluyan los dólares?
— Tenemos bastantes expectativas los empresarios, el hecho de que se va a despenalizar una porción importante de los dólares que se tienen que transar en la economía venezolana, eso es una buena noticia, lo hemos dicho, pero no ayuda para nada en que tú a escasos días de implantar un nuevo sistema cambiario, el gobierno dé unas señales tan negativas como la persecución de empresarios. Todos los sistemas cambiarios funcionan en base a confianza, si tú no generas la confianza necesaria estás alejando la posibilidad de que cualquier sistema funcione. Tienes que generar confianza para que la gente pueda traer sus dólares al país a través de un sistema que sea libre, transparente, competitivo y que las fuerzas del mercado se encarguen de fijar cuál es el precio en el que se va a transar la moneda diariamente. El sistema que viene es lo mejor que en las circunstancias actuales podríamos tener, pero estamos muy lejos de alcanzar lo que Fedecámaras promueve que es el desmontaje absoluto del control de cambio, que podría venir en una etapa posterior.
—¿ En cuánto cree usted que podría quedar la tasa del segundo y tercer tipo de cambio?
— Si estamos hablando de las fuerzas del mercado es el mercado el que se va a encargar de fijar la tasa. Es el mercado es el que debe fijar el valor de acuerdo a la oferta y la demanda, si hay muchos dólares el precio bajará y si hay pocos dólares subirá.
— ¿Por qué cree usted que no funcionó el Sicad II?
— Porque fijaron una tasa del Sicad II que no tenía ningún control, El Sicad II era una adquisición que nunca tuvo ni la frecuencia, ni la transparencia esperada, se otorgaban los dólares sin saber para qué se otorgaban ni a quien, con escasos criterios de discrecionalidad quienes son a los que estaban otorgando los dólares; muchos de esos dólares seguramente fueron a alimentar el mercado paralelo y nunca se te pedía que con esos dólares tú tuvieras que importar absolutamente nada, era una suerte de dádiva graciosa que el Gobierno daba un precio mucho mayor del paralelo y así no funciona.
— ¿Cómo pueden planificar las empresas sin indicadores económicos?
— No hay manera, yo le doy un saludo de admiración al gerente venezolano que en este momento no tiene una herramienta de planificación, no tiene cifras confiables del Gobierno para poder hacer sus evaluaciones de presupuesto, está sujeto a cambios permanentes de las reglas del juego, no tiene reglas claras para continuar, no se genera confianza en el inversionista y eso hace que el gerente venezolano sea una suerte de héroe.