(EFE).- La defensa del terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez,
“Carlos”, denunció hoy maniobras de la Justicia y de las autoridades francesas
durante años contra su cliente,
dirigidas en especial a retrasar su
transferencia a Venezuela, lo que a su parecer es inevitable.
El abogado de la defensa, Francis Vuillemin, se quejó sobre todo de la
multiplicación de procedimientos para aplazar el proceso contra “Carlos”, hasta
casi 30 años después de que ocurrieran los hechos juzgados, para retrasar al
máximo “el momento en que inevitablemente será transferido a Venezuela”.
Vuillemin, en su alegato ante el Tribunal de lo Criminal de París, aludía así
al hecho de que una vez que haya sentencias definitivas en todas las causas
pendientes contra Ramírez Sánchez en Francia, éste podría solicitar su
transferencia a Venezuela para cumplir las penas allí.
A ese respecto, el abogado criticó la actitud del juez instructor, Jean-Louis
Bruguière, que se encargó de este caso desde 1991, y le reprochó entre otras
cosas su “rechazo sistemático” a entregar el sumario al acusado durante ese
tiempo.
El letrado puso el acento en que la Justicia francesa, desde el
encarcelamiento del venezolano en Francia, en 1994, tras ser capturado
en Sudán en una operación de los servicios secretos, se ha empecinado
en “considerar legal el secuestro”.
El abogado de la defensa también hizo hincapié en la “fiabilidad cero” del
grueso de las pruebas presentadas contra su cliente en este proceso, en que se
le juzga por cuatro atentados cometidos en Francia en 1982 y 1983 que causaron
once muertos y más de un centenar de heridos.
En especial de los documentos de los servicios secretos de varios países del
antiguo bloque soviético (Hungría, República Democrática Alemana y Rumanía)
incorporados al sumario, y que según su análisis fueron “recortados” y
“manipulados”.
Puso el acento en que las cuatro acciones mortales objeto de este
juicio, iniciado el pasado 7 de noviembre, “se enmarcaban en una larga
lista de atentados en los años 80″ y en que los elementos inculpatorios son
dudosos, como una carta enviada por Ramírez Sánchez al ministro francés de
Interior de la época, Gaston Deferre, que oficialmente se ha extraviado de los
archivos de Francia.
Vuillemin había iniciado su discurso rindiendo homenaje al que ha sido
cliente suyo desde hace trece años, al que calificó de “hermano de armas para la
historia” y “heredero” del libertador Simón Bolivar.
Ramírez Sánchez se mantuvo bastante distendido durante la intervención de
Vuillemin: bromeó a menudo con sus otros abogados, le escribió una
dedicatoria a uno de ellos en un libro biográfico y habló con su mujer,
la también letrada Isabelle Coutant-Peyre, con la que intercambió frecuentes
gestos de cariño.
A diferencia de lo que había anunciado ayer Coutant-Peyre, no apareció en el
tribunal la abogada que decía esperar enviada desde Caracas por el Gobierno de
Venezuela, Milagros Irureta Ortiz, para materializar el apoyo que durante todo
el proceso han reclamado a las autoridades venezolanas.
Vuillemin explicó a Efe que la representante de Venezuela no había salido
ayer de Caracas y que “tal vez” vendrá mañana, que podría ser el último
día del juicio, si no se prolonga hasta el viernes.
Ayer, la Fiscalía pidió para “Carlos” cadena perpetua y un periodo mínimo de
18 años antes de que pueda solicitar cualquier beneficio carcelario, la máxima
pena para los delitos por los que está imputado.
El terrorista venezolano purga en Francia otra condena de cadena perpetua
dictada contra él en 1997 por matar a tiros en París en 1975 a dos agentes
secretos franceses y a un informador