La inseguridad ha ido aumentando y abarcando
diversos sectores de la población venezolana. Los taxistas en Carabobo no se
escapan de la situación. Algunos profesionales del volante han llegado a
etiquetar zonas rojas por donde no transitarán, mientras usuarios no encuentran
la forma de llegar a casa.
Así lo revala Adriana Chirinos Castro en un
reportaje para el diario El
Carabobeño
Julio Osorio, taxista de una línea al norte de
la ciudad, ha vivido de cerca la delincuencia. Hace alrededor de un año un
compañero salió a llevar a un cliente, que por 40 minutos esperó la unidad en la
sala de la central. Cuando el vehículo se dirigía al destino, el “usuario” sacó
un arma de fuego. Abandonó al chofer y se fue con el Ford Fiesta
Power.
Flor Amarillo, Los Chorritos, Campo de Carabobo, carretera vieja a
Tocuyito, Las Palmitas, Santa Inés, Trapichito, Federación, Brisas de Carabobo,
Pozo Hondo, Mañonguito y González Plaza son algunos de los lugares vetados por
ese grupo de trabajadores, quienes prefieren dejar de ganarse un poco de dinero
a cambio de mantenerse con vida.
La situación no se presenta sólo al
norte de la ciudad, pues también más al centro se observa la exacta realidad.
Eleazar Laya tiene tres años trabajando en una cooperativa que se encuentra en
una avenida conocida de Valencia, y alrededor de cinco años como taxista.
“Tratamos de ir a lugares que son menos peligrosos pero todo está
así”.
El método que han decidido emplear es entrar solo a las avenidas y
calles principales de los barrios, y dejar allí a los clientes. La medida es
aplicada de día y de noche, ya que aseguró que no importa la hora, el peligro es
constante. “Si entramos a los callejones corremos el riesgo de que nos marquen
los delincuentes”.
Cuando Laya o uno de sus compañeros que tiene el
turno, no conoce la zona, prefieren dejar la carrera a otro que sí la haga.
Fundación CAP, El Combate, Malagón y Las Palmeras se suman a los lugares no
deseados para transitar.
Tres compañeros de Laya han sido víctimas de
atracos y han resultado muertos mientras trabajaban como taxistas. “Se pide
seguridad, porque si no hay patrullaje en los barrios uno está a merced del
hampa”.
Parcelas del Socorro, Las Flores, Pedro Herrera, Parque Valencia,
Santa Inés, La Alianza, Caña Dulce y La Isabelica se unen a las zonas rojas
según declaraciones de taxistas que trabajan al sur de la Gran Valencia. Yan
Carlos Torres es parte de una cooperativa que tiene 30 carros y trabaja hasta
que haya sol. Después es muy peligroso.
En el punto donde se encuentran
llegan cientos de personas pidiendo la “carrera” hasta algunas de las zonas
rojas. “A veces se le pide mayor precio para no llevarlos y aprovechamos de
tantear con quién estamos tratando”. Torres fue víctima de un secuestro por uno
de sus “usuarios”. A otro de sus compañeros dos supuestos estudiantes también lo
intentaron robar.