(Reuters) - Científicos de Estados Unidos desarrollaron un tipo de gatos fosforescentes con células que resisten la infección con un virus que causa el sida felino, un descubrimiento que podría ayudar a prevenir la enfermedad en gatos y avanzar en la investigación contra el sida humano.
El estudio, publicado el domingo en el diario Nature Methods, consistió en la inserción de genes de mono que bloquean el virus en óvulos felinos antes de ser fertilizados.
Los científicos también insertaron genes de medusas que hicieron que las células modificadas brillasen con un color verde espectral, lo que las hacía fáciles de localizar.
Pruebas en células de los gatos mostraron que eran resistentes al virus de inmunodeficiencia felino, o VIF, que provoca el sida en los gatos.
Esto da una capacidad sin precedentes para el estudio de los efectos de dar genes protectores del sida a un animal vulnerable al sida”, dijo en una entrevista telefónica el doctor Eric Poeschla, de la Cínica Mayo en Rochester, Minnesota, que encabezó el estudio.
Poeschla explicó que los humanos, los gatos y en cierta medida los chimpancés son los únicos mamíferos que desarrollan un virus de aparición natural que provoca sida.
Del mismo modo que el virus de la inmunodeficiencia humana, o VIH, lo hace en las personas, el VIF actúa eliminando las células que luchan contra las infecciones.
El VIF afecta en gran parte a gatos salvajes, de los que hay 500 millones en el mundo, dijo Poeschla. Se transmite por mordedura, sobre todo por machos que defienden su territorio, pero también afecta a los gatos de compañía.
En humanos y gatos, las proteínas denominadas factores de restricción, que normalmente luchan con infecciones víricas, se quedan indefensas frente al VIH y al VIF porque los virus desarrollaron armas para contraatacar.
Pero algunas versiones de estos factores de restricción de los monos son capaces de luchar contra el virus y el equipo usó uno de esos genes del macaco rhesus.
Para los autores, que tenían colaboradores en Japón, el truco fue tomar el gen del mono como factor de restricción -conocido como TRIMCyp- en gatos para bloquear la infección celular del virus.
Gen de proteína verde fluorescente
Para ello usaron un virus inocuo para introducir los genes en los óvulos, un proceso que ya se ha hecho en otros mamíferos como ratones, cerdos, ovejas o monos tití.
Para hacer más fácil comprobar qué células tenían el gen del mono, el equipo también insertó un gen de proteína verde fosforescente de la medusa Aequorea Victoria que la hace brillar en verde.
“Lo hicimos para marcar fácilmente las células sólo mirando bajo el microscopio o poniendo una luz sobre el animal”, explicaron.
El método funcionó tan bien que casi toda la descendencia de los óvulos modificados tiene los genes de factor de restricción. Y estas defensas proliferan en el cuerpo felino.
El equipo ha cruzado dos de los tres gatos fosforescentes originalmente, lo que generó un total de ocho gatitos que también tenían células fosforescentes.
Pero el objetivo no es crear generaciones de gatos resistentes a la enfermedad y a la vez fosforescentes. El equipo planea estudiar estos felinos como un nuevo modo de desarrollar tratamientos para el VIH y la versión felina de esta enfermedad.
“Esta tecnología se puede aplicar a un amplio abanico de especies, para muchas de las cuales hay claras aplicaciones y posibles beneficios”, dijo el doctor Laurence Tiley, de la Universidad de Cambridge, en un comunicado.
“Será interesante ver cómo se recibe esta capacidad en los gatos y de qué forma se adopta en las comunidades de investigación del VIH y neurobiología y qué otras oportunidades de investigación ofrece. Un modelo animal no primate representativo sería una nueva y fantástica herramienta para estudiar la patogénesis del VIH”, dijo.
De momento, el equipo de Poeschla sólo ha probado células tomadas de animales y demostrado que son resistentes al VIF. Pero planea exponer los gatos al virus y ver si están protegidos.
“Si se puede mostrar que puedes conferir protección a estos animales, nos daría mucha información sobre la protección en humanos”, dijo Poeschla.
En el caso de los gatos, esto podría liderar la terapia genética o los nuevos tratamientos para la VIF, añadió.