Reuters).- Unas 1.000 millones de personas en todo el mundo que aún practican la “defecación abierta” deben de saber que propaga enfermedades mortales, dijeron el jueves expertos de la ONU en la presentación de un estudio sobre agua potable y salubridad.
“Excrementos, heces, caca, incluso puedo decir ‘mierda’ son la raíz de muchas enfermedades”, dijo Bruce Gordon, coordinador en funciones de saneamiento y salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las sociedades que practican la “defecación abierta” -que las pone en riesgo de sufrir cólera, diarrea, disentería, hepatitis A y tifus- tienden a tener una gran disparidad de ingresos y la más alta mortalidad de niños menores de cinco años.
Los intentos por mejorar la higiene entre los más pobres se han enfocado en construir letrinas, pero Naciones Unidas dice que literalmente el dinero se fue por el excusado. Las actitudes, no la infraestructura, son las que deben cambiar, dijo el organismo.
Muchos países han realizados grandes progresos en abordar la “defecación abierta”, como en Vietnam y Bangladesh, donde más de una de cada tres personas orinaba en público en 1990, y que virtualmente acabó con la práctica en 2012.
El total cayó desde 1.300 millones en 1990. Pero 1.000 millones de personas, de las cuales un 90 por ciento vive en áreas rurales, “continúan defecando en canaletas, detrás de arbustos o en una acumulación de agua exterior, sin dignidad ni privacidad”, según el estudio de la ONU.
La práctica aún aumenta en 26 países del Africa subsahariana. Nigeria es el caso más visible, con 39 millones de personas que defecaban en público en 2012 frente a 23 millones en 1990.
El país con el mayor número de personas que defecan en lugares públicos es India, con 600 millones.
El Gobierno del país recién tomó conciencia de la necesidad de cambiar la actitud, dijo Rolf Luyendijk, estadístico de UNICEF, el organismo de la ONU para la infancia, con una campaña que pretende convertir a la “defecación abierta” en una práctica inaceptable, ayudado por un pegadizo video.
Convertir la práctica en inaceptable resultó en más de 80 países, dijo la ONU. La meta eseliminar la práctica completamente para 2025. La pobreza no es una excusa, dijo el estudio, que mencionó el papel que juegan las diferencias culturales