AFP) – Rio de Janeiro tomó el domingo la posta olímpica en el cierre de los Juegos de Londres-2012 con un espectáculo que rindió homenaje al carnaval carioca, pero también mostró fusión musical y modernidad y tuvo como gran invitado sorpresa a “O Rei” Pelé.
El inicio de la presentación preparada por Brasil fue un guiño de ojo al “traspaso de mando”, ya que un tradicional barrendero carioca, interpretado por Renato Sorriso, apareció con su escoba en el centro del estadio Olímpico de Stratford y un responsable de seguridad quiso detenerlo.
El barrendero, personaje del Sambódromo durante los desfiles de las Escolas de Samba, se puso a bailar al ritmo de una batucada y logró convencer al oficial de sus “buenas intenciones” olímpicas, sumándolo a su danza.
Con el estadio de Londres convertido por un rato en Rio de Janeiro, surgió la cantante carioca Marisa Monte para interpretar las “Bachianas” del compositor Heitor Villa-Lobos.
Bailarines indígenas, capoeristas y el rapero BNegão mostraron a continuación la fusión de las raíces de Brasil, la influencia africana y la modernidad, una marca registrada del país sudamericano, orgulloso de la convivencia de sus diferentes identidades.
El espectáculo, que duró tan solo ocho minutos, continuó con el exquisito Seu Jorge y el “soul” brasileño a través de la canción “Nem vem que não tem” de Wilson Simonal.
La modelo Alessandra Ambrosio subió al escensario para sumarse a Sorriso y Seu Jorge, que intepretó con Marisa Monte el clásico “Aquele Abraço”, de Gilberto Gil.
Hasta allí, el guión era conocido, pero Brasil sorprendió a todo el mundo con la presencia del astro Pelé, que no había sido anunciada en el programa oficial.
Ovacionado, “O Rei”, considerado como uno de los mejores futbolistas de la historia, saludó a la multitud y bailó con las estrellas brasileñas, mientras unos impresionantes fuegos de artificio surcaban el cielo de Londres.
Antes de este espectáculo, y como parte de la tradición, el alcalde de Rio, Eduardo Paes,recibió la bandera olímpica de manos del presidente del Comité OlímpicoInternacional (COI), Jacques Rogge.
Rogge la había recibido a su vez de Boris Johnson, el excéntrico alcalde de Londres que había prometido respetar el protocolo y no hacer ningún disparate, algo que cumplió.
El himno brasileño sonó luego en el estadio mientras se izaba la bandera del próximo país organizador de los Juegos, que por primera vez se celebrarán en América del Sur.
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