Este domingo 15 de junio se llevará a cabo la segunda vuelta electoral en Colombia. Óscar Iván Zuluaga y Juan Manuel Santos concentraron sus campañas en las negociaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Farc), y en borrar la sombra del abstencionismo que predominó en la primera jornada.
De acuerdo a las encuestas, ambos candidatos se encuentran técnicamente igualados en la intención de voto. Así lo muestra la empresa Gallup, que da ganador a Zuluaga con el 48,5 % por encima de un 47,7 % de Santos.
Otra encuesta que da ganador a Zuluaga es la de la empresa Ipsos Napoleón Franco, la cual le atribuye el 49% de la intención de los votantes ante el 41% que obtendría Santos.
Por su parte, Datexco da como victorioso a Santos con un 47,9 % sobre un 37,7% de Zuluaga.
En este punto cobran importancia las alianzas realizadas con los candidatos que quedaron fuera de la carrera presidencial tras la primera vuelta.
La excandidata Clara López y su partido Polo Democrático manifestaron su apoyo a Santos, bajo la premisa de que con el voto por Santos “podemos avanzar en Colombia hacia la paz y la democracia”.
De igual forma, la Alianza Verde, que apoyó a Enrique Peñalosa en la primera vuelta, manifestó su adhesión a la propuesta de Santos.
Zuluaga, primeramente contó con el respaldo del Partido Centro Democrático. Tras su triunfo en la primera vuelta se le ha sumado el Partido Conservador Colombiano, el cual había apoyado a la candidata Marta Lucía Ramírez.
Cambio de estrategias
Luego de las elecciones del pasado 26 de mayo, donde la abstención resultó el verdadero ganador con poco más de 60%, los dos candidatos para la segunda vuelta han realizado una replanteamiento de sus propuestas con el fin de convencer a aquellos que se suman en la intención de voto producto de las alianzas correspondientes y a los que prefirieron no acudir a las urnas electorales.
Sin duda, el tema central de la campaña se basó en el proceso de paz iniciado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
En este sentido, Zuluaga flexibilizó la postura que manejó durante la primera campaña. Para la segunda vuelta afirmó que, en caso de resultar vencedor, “se continuará conversando con las Farc en La Habana, sin acuerdos a espaldas del país, con condiciones y plazos que garanticen avances tangibles, definitivos, verificables con el acompañamiento internacional”.
El tema central de la campaña se basó en el proceso de paz iniciado con las Farc
Ante esta posición, Santos replicó afirmando que el viraje de Zuluaga era una estrategia “electorera” y que “la paz no se improvisa ni se hace de un día para otro”.
Adicionalmente prometió que, de resultar reelecto, una vez firmada la paz en Colombia, pondrá fin al servicio militar obligatorio.
En esta segunda campaña, la cual culminó el pasado domingo 9 de junio, Santos delegó los cambios de estrategia en su asesor y jefe de debate, el expresidente César Gaviria.
Zuluaga, en cambio, se ha distanciado mediáticamente de su mentor Álvaro Uribe Vélez, buscando promover una imagen de candidato más independiente y con más autoridad, lejos de la figura de su “delfín” que se le endilgó en la primera campaña electoral.
No obstante, ambos candidatos han incrementado su pauta publicitaria en distintos medios de comunicación con el fin de afianzar su imagen y posturas.
Al mismo tiempo, la confrontación y palabras fuertes han predominado en los debates televisados, en especial al momento de tocar temas como el del sector agrario, el cual, además del de las Farc, ha sido punto de divergencias.
“Una elección muy complicada”
Como “un proceso muy fuerte, muy duro y complejo” define el internacionalista Gerardo Arellano a los comicios del próximo domingo.
Considera que el proceso de paz con las Farc es necesario “pero no la paz a cualquier costo; y pareciera que así la está manejando el presidente Santos solo con el objetivo de firmar la paz, porque con eso cree que garantiza su reelección”.
A juicio de Arellano, durante la campaña se han olvidado otros temas sociales, lo cual hace de este proceso “una elección muy complicada”.
De igual forma, manifiesta que tanto los candidatos como sus aliados están luchando contra la abstención. “Creo que va a haber una participación mucho mayor, se está haciendo un trabajo muy intenso para captar indecisos e indiferentes, por lo cual será una votación más masiva en esta segunda vuelta”.
Por su parte, el internacionalista Raimundo Kabtchi considera estas elecciones “muy importantes para el futuro de Colombia. Con dos versiones que ven los problemas que aquejan a la sociedad colombiana”.
Describe la línea de Zuluaga como “una visión que quiere profundizar una guerra que ha agobiado al pueblo colombiano”; mientras afirma que Santos “quiere poner punto final de conflicto a través del diálogo y la negociación con las Farc en La Habana”.
Kabtchi cree que estos factores son los que permitirán que el índice de abstención disminuya en esta segunda vuelta ya que “el ciudadano colombiano está consciente que de su voto puede depender la guerra o la paz”.
“De estas elecciones dependen las buenas o malas relaciones con Venezuela”
Las relaciones diplomáticas con Venezuela son consideradas por ambos internacionalistas como un punto clave luego del proceso electoral.
Arellano cree que, luego los comicios del próximo domingo, “la relación con Venezuela va a ser más o menos la misma. Los dos candidatos quieren que se aclare definitivamente la deuda y que se mejore el sistema de pagos en la relación comercial”.
Sin embargo Kabtchi piensa que Zuluaga “como buen representante del uribismo quiere una guerra con Venezuela, cultiva la animadversión y asume una posición de beligerancia hacia el país. En cambio, Santos es mucho más pragmático, más pacifista y corresponde a la buena vecindad entre Venezuela en Colombia”.
Afirma que de las elecciones de este domingo depende “no solo la paz o la guerra dentro de la sociedad colombiana sino, dicho por ambos candidatos, también las buenas o malas relaciones con Venezuela como país vecino, como país hermano”.