México cerca de convertirse en un país sin animales en circos
El Distrito Federal se sumó a los estados mexicanos que han prohibido el uso de animales en circos, algo necesario para prevenir su maltrato según los ambientalistas, pero nefasto para los cirqueros, que aseguran tratarlos adecuadamente.
"El circo perdería el alma, el corazón, lo más importante dentro de un espectáculo, que son los animales, y moriría en uno o dos años", asegura a Efe David Berosini, de 23 años, mientras observa a los cinco tigres que tiene a su cuidado.
No le gusta que lo llamen domador, prefiere "entrenador de animales", una tradición familiar que practica pese a las marcas de colmillos y de garras que le han dejado algunos animales.
Trabaja en el Circo Hermanos Vázquez, uno de los más legendarios del país, y cada día baña a los tigres, les da de comer y de beber y los saca a hacer su número, que "no dura más de diez minutos".
Memo, Kiara, Muñeco, Yandel y Mari ya no necesitan entrenamiento, Berosini los ha criado desde que nacieron, les daba el biberón y hasta los metía en la cama, por eso ya conocen la rutina del espectáculo.
Les ha enseñado con incentivos (comida generalmente), nunca con un látigo ni con otros instrumentos de castigo, afirma.
Aun así, es consciente de que "no todos tienen bien a sus animales", pero "no es justo que por unos paguen todos".
"Queremos un circo con animales, pero (...) bien cuidados y bien tratados, que tengan un trato digno" y "a quien no pueda tenerlos bien, que se los quiten", señala.
Pero esto no es suficiente para los defensores de los animales, que consideran maltrato el hecho de que vivan en cautiverio, en jaulas demasiado pequeñas o encadenados.
"Cuando hablamos de maltrato no solo hablamos de los latigazos, hablamos del cautiverio y del transporte", explica a Efe el director en México de Anima Naturalis, Antonio Franyuti, una de las organizaciones promotora de estas leyes.
La Asamblea Legislativa del DF aprobó esta semana el proyecto presentado por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y se convirtió así en la séptima entidad que prohíbe el uso de animales en circos después de Colima, Guerrero, Guanajuato, Jalisco, Morelos y Querétaro.
Aunque los animales utilizados para estos espectáculos no son sacados de sus hábitats porque nacen en los circos o en criaderos, en opinión de Franyuti "eso no justifica nada".
"El circo perdería el alma, el corazón, lo más importante dentro de un espectáculo, que son los animales, y moriría en uno o dos años", asegura a Efe David Berosini, de 23 años, mientras observa a los cinco tigres que tiene a su cuidado.
No le gusta que lo llamen domador, prefiere "entrenador de animales", una tradición familiar que practica pese a las marcas de colmillos y de garras que le han dejado algunos animales.
Trabaja en el Circo Hermanos Vázquez, uno de los más legendarios del país, y cada día baña a los tigres, les da de comer y de beber y los saca a hacer su número, que "no dura más de diez minutos".
Memo, Kiara, Muñeco, Yandel y Mari ya no necesitan entrenamiento, Berosini los ha criado desde que nacieron, les daba el biberón y hasta los metía en la cama, por eso ya conocen la rutina del espectáculo.
Les ha enseñado con incentivos (comida generalmente), nunca con un látigo ni con otros instrumentos de castigo, afirma.
Aun así, es consciente de que "no todos tienen bien a sus animales", pero "no es justo que por unos paguen todos".
"Queremos un circo con animales, pero (...) bien cuidados y bien tratados, que tengan un trato digno" y "a quien no pueda tenerlos bien, que se los quiten", señala.
Pero esto no es suficiente para los defensores de los animales, que consideran maltrato el hecho de que vivan en cautiverio, en jaulas demasiado pequeñas o encadenados.
"Cuando hablamos de maltrato no solo hablamos de los latigazos, hablamos del cautiverio y del transporte", explica a Efe el director en México de Anima Naturalis, Antonio Franyuti, una de las organizaciones promotora de estas leyes.
La Asamblea Legislativa del DF aprobó esta semana el proyecto presentado por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y se convirtió así en la séptima entidad que prohíbe el uso de animales en circos después de Colima, Guerrero, Guanajuato, Jalisco, Morelos y Querétaro.
Aunque los animales utilizados para estos espectáculos no son sacados de sus hábitats porque nacen en los circos o en criaderos, en opinión de Franyuti "eso no justifica nada".