(Grecia, 17 de julio – AFP).- El primer ministro griego anunció este viernes un cambio de gabinete, que relega a varios ministros que se opusieron a reformas exigidas por los acreedores, en un momento en que la zona euro se apresta a comenzar las negociaciones para un tercer plan de ayuda.
Alexis Tsipras apartó del gobierno a los tres ministros que votaron el jueves en contra de la adopción de las controvertidas medidas, confirmando en su cargo al ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, muy apreciado entre sus homólogos de la zona euro.
Entre los salientes están el ministro de Energía Panagiotis Lafazanis y los viceministros de Trabajo, Dimitris Stratoulis, y Defensa, Costas Isychos, y la viceministra de Finanzas, Nadia Valavanis, que había dimitido.
El jefe del gobierno de izquierda radical criticó el jueves la actitud de los 32 parlamentarios de su partido que votaron en contra del acuerdo impuesto a Grecia por sus acreedores a cambio de un nuevo rescate financiero y dijo que la formación sale “herida” y ahora depende de la oposición.
Este cambio, es la primera reforma de gran envergadura del gabinete desde la llegada al poder de Syriza, hace seis meses, y aparentemente es un mensaje para los acreedores, que siguen dudando de la voluntad, y de la capacidad, del ejecutivo de cumplir con sus compromisos.
Luz verde de Alemania
Este cambio se produce después de que los diputados alemanes dieron luz verde al lanzamiento de las negociaciones para que Grecia reciba un tercer rescate de 86.000 millones de euros (94.000 millones de dólares), luego que la canciller Angela Merkel abogara por el plan para evitar el “caos”.
Esta decisión del parlamento alemán se suma a la aprobación recibida por los parlamentos austriaco y sueco, y al visto bueno del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEEF)que aportará liquidez a Grecia bajo la forma de un programa de créditos, ya acordada el lunes.
Ahora, Atenas y sus socios europeos deben ponerse de acuerdo en las próximas semanas, preferiblemente antes del 20 de agosto, fecha en la cual Grecia debe hacer frente al próximo vencimiento importante de su deuda, para detallar las modalidades para la entrega del rescate, unas negociaciones que se perfilan como tensas.
Pese a que esta semana en las capitales europeas se recibió con alivio el acuerdo que alejaba la perspectiva del temido “Grexit”, es decir de que Grecia saliera del euro, el escepticismo prevalece.
Este viernes, ante el parlamento alemán, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, advirtió que “esta última oportunidad”, sólo funcionaria “si los griegos movilizan todas sus fuerzas”.
El primer ministro griego se comprometió a reformar los sistemas de pensiones, impuestos y el mercado de trabajo. Se trata de unas reformas mucho más duras que las que los griegos rechazaron mayoritariamente en referéndum el pasado 5 de julio.
Esta nueva dosis de austeridad, que se suma a la administrada a lo largo de los últimos cinco años, ha vuelto a sacar a los griegos a las calles y ha suscitado rumores de elecciones anticipadas.
Tsipras, ya sin mayoría parlamentaria, reconoció que está en “desacuerdo” con varios aspectos del programa, y el ministro de Finanzas aseguró que la aceptación de las condiciones de los acreedores le “pesará toda la vida”.
Reestructuración de la deuda
Uno de los principales puntos de fricción en las discusiones será la petición de que haya una reestructuración de la deuda, que supera los 300.000 millones de euros y representa un 180% del PIB.
Pese a que el FMI ha defendido esta quita y ha subordinado su participación en el nuevo plan de rescate a esta reestructuración, por la cual también ha abogado el BCE, Berlín sigue oponiéndose a una reducción del valor nominal de la deuda.
Según un sondeo publicado este viernes, los alemanes también están divididos sobre la nueva ayuda a Grecia. El 46% apoya las negociaciones de un nuevo plan de rescate, mientras que el 49% está en contra, según este sondeo de DeutschlandTrend.
En Finlandia, solo un acuerdo de los interrogados para un sondeo son favorables al nuevo rescate.
En tanto, mientras llega la nueva ayuda, Grecia cuenta ya con un crédito puente de 7.000 millones de euros para hacer frente a sus compromisos más urgentes, otorgado el jueves por los ministros de la Eurozona. Con esta nueva vía de liquidez Atenas podrá hacer frente este lunes al pago de 4.200 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE).