Se trata de una disputa de siglos que ha recobrado protagonismo en las últimas semanas. Y con la publicación este martes de un decreto que regula el reclutamiento militar en caso de guerra, el gobierno de Vietnam parece haber querido demostrar que no está dispuesto a ceder.
La medida ha sido interpretada como un mensaje para China, que le disputa a Vietnam la soberanía de las aguas del Mar de China Meridional en las que se encuentran las islas Spratly y Paracelso.
Y es que si bien aguas e islas también son reclamadas por Taiwán, Filipinas, Malasia y Brunei, los incidentes más serios registrados durante las últimas décadas han tenido como protagonistas a tropas de Pekín y Hanoi.
En las últimas semanas, la zona -que se cree alberga ricas reservas de petróleo- también ha sido escenario de nuevos incidentes, que involucraron a barcos chinos y vietnamitas.
Pero, además, el decreto fue publicado al día siguiente de unas maniobras militares navales vietnamitas que no le gustaron para nada a Pekín.
Este martes, el diario del ejército de China, Jiefangjun Bao, dijo en un comentario que las maniobras sólo conseguirían aumentar la tensión y no contribuirían a la solución del conflicto.
Y el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hong Lei, no dudó en criticar -aunque sin mencionarlo directamente- a "un país que tomó acciones unilaterales para afectar la soberanía y los intereses y derechos marítimos de China, e hizo declaraciones sin fundamento e irresponsables en un esfuerzo por agravar y complicar la situación".
Historia difícil
Por lo pronto, conviene no olvidar que las relaciones entre China y Vietnam nunca han sido fáciles.
El terreno en disputa incluye las aguas que rodean las islas Paracelso y Spratly y archipiélagos aledaños, que también son reclamadas –total o parcialmente- por varios países.
China reclama la mayor parte del territorio: un área que se extiende por centenares de millas al sur de su provincia más meridional –Hainan- que afirma ha sido suya por más de 2.000 años.
Vietnam, por su parte, afirma que China sólo empezó a reclamar soberanía sobre las islas a partir de la década de 1940 y dice haber ejercido el gobierno efectivo de las islas desde el siglo XVII, hasta que China se las arrebató a la fuerza en 1974 (las Paracelso) y 1988 (las Spratyl).
Filipinas reclama las islas Spratly, y basa sus argumentos en la proximidad geográfica de las islas, mientras que Malasia y Brunei reclaman para sí parte de las aguas, bajo los términos de la Convención del Mar de Naciones Unidas que define las zonas de exclusión económica. Brunei también reclama parte de las islas Spratly.
De hecho, la última vez que Vietnam estuvo en guerra fue en 1979, cuando China invadió brevemente el norte del país, en represalia por la ocupación vietnamita de Camboya al año anterior.
Y en 1988, ambos países también chocaron por el control de las islas Spratly, en un incidente en el que perdieron la vida al menos 70 marinos vietnamitas.
China, sin embargo, dejó claro este martes que no está contemplando emplear la vía militar para resolver la disputa.
"No recurriremos a la fuerza ni a la amenaza de la fuerza", aseguró Hong Lei.
Y, a pesar de las apariencias, esa tampoco parece ser la intención de Hanoi.
Efectivamente, la súbita promulgación de un decreto estableciendo quiénes no tendrían que prestar el servicio militar en caso de guerra tomó a muchos por sorpresa.
Pero según la periodista de la BBC en Vietnam, Nga Pham, su verdadero objetivo no es tanto prepararse para un conflicto bélico como mandar una señal.
"El primer objetivo es aliviar la tensión dentro del país, aplacando a aquellos que están molestos por la política china hacia Vietnam y creen que las respuesta del gobierno ha sido demasiado débil", explicó Pham.
"El segundo es enviarle un mensaje a sus vecinos chinos, pues sienten que con sus actitudes cada vez más agresivas en el Mar de China Meridional están afectando los intereses políticos y económicos de Vietnam", agregó.
Preocupación
En cualquier caso, esas actitudes no sólo le preocupan a Vietnam.
China, por ejemplo, le ha advertido a todos los países con pretensiones en la zona que deben abstenerse de explorar las aguas en busca de petróleo o gas.
Y Estados Unidos se ha declarado preocupado por las ambiciones navales de China en la región.
De hecho, hace poco menos de un año, EE.UU. y Vietnam celebraron ejercicios navales conjuntos en el Mar de China Meridional, como parte de los esfuerzos estadounidenses por garantizar la libre navegación.
Y, el domingo pasado, la marina estadounidense despachó un portaaviones -el USS George Washington- hacia la región, lo que seguramente ocasionará nuevas protestas chinas y podría elevar aún más la tensión.
La riqueza de la zona, por la que cruzan varias importantes rutas marítimas y en la que faenan numerosos pesqueros, tampoco ayudará a alcanzar una solución.
Según el gobierno estadounidense, los expertos chinos calculan que bajo el lecho marino podrían encontrarse reservas petroleras de hasta 213.000 millones de barriles -10 veces las reservas de EE.UU.
Las estimaciones de los científicos estadounidenses son más conservadoras: "nada más" 28.000 millones de barriles de petróleo.
Pero también calculan que ahí podría haber 25 billones de metros cúbicos de gas natural, equivalente a las reservas probadas de Qatar.
BBC