En el último año en Londres han cerrado sus puertasuna serie de bares y clubes dirigidos a la clientela gay, lesbiana y transexual.
Lugares emblemáticos como el café First Out en Tottenham Court Road o el Candy Bar en Soho son algunos de los locales que han desaparecido o han sido vendidos para ser remodelados.
Pero examinemos a qué podría deberse este fenómeno
¿Una sociedad más integrada?
Algunas personas simplemente creen que se debe a un factor sencillo de oferta y demanda.
La teoría es que la sociedad se está volviendo más integrada y, por lo tanto, la gente gay está más dispuesta a visitar “bares heterosexuales”, disminuyendo así la demanda para lugares exclusivamente o, en su mayoría, de gays.
Paul McKeating, de 33 años y residente del barrio Stoke Newington en el noreste de Londres, dice: “La mayoría de los lugares en el este de Londres o Peckham (sureste) donde salgo, se sienten seguros para mí y no veo mucho sentido en trazar una línea entre bares ‘gay’ y ‘heterosexuales’”.
Sin embargo, Roy Holley, un promotor de veladas en el local Royal Vauxhall Tavern (RVT), otro lugar que ha estado bajo amenaza de cierre, no está de acuerdo.
“Aunque es más fácil que nunca ser gay ahora, aún hay comunidades que quieren celebrar las cosas que nos hacen diferentes y ¿por qué no deberíamos permitirnos eso?”
“Yo comencé a ir al RVT cuando tenía 18 o 19 años y es un lugar que siempre será muy especial para mí”.
“Tenemos eventos desde concursos de pop y musicales de Dannii Minogue hasta recrear la gira en autobús de las Spice Girls. ¿Dónde más podrías hacer eso?”.
Dan Glass, de 31 años, es un activista del grupo Amigos del Joiners’ Arms. Dice que cuando escuchó que estaba por cerrar lo consideró como una gran farsa.
“‘Aquí hay peligro’, me dije. Podremos pensar que ahora tenemos igualdad gracias al matrimonio gay, pero aun necesitamos espacios homosexuales, lugares donde podemos celebrar nuestras peculiaridades y ser nosotros mismos”.
Patrick Strudwick, editor del sitio BuzzFeed de la comunidad LGBT (que incluye lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) dice que “desde el comienzo del siglo la demanda ha disminuido”.
Sin embargo, destaca que no necesariamente eso sea así, ya que “la liberalización social significa que más gente está saliendo del cláset y buscando lugares para ir. Igualmente hay una escena gay grande impulsada por los turista en Londres”.
Y enfatiza que antes de que cerraran, sitios como el Black Cap y el Joiner’s Arms eran regularmente “muy, muy concurridos”, algo que según él pone en duda los argumentos sobre la falta de demanda.
Citas en la era internet
Strudwick dice que el dedo acusador también apunta a la popularidad de aplicaciones online para citas como Tinder, Grindr y Gaydar.
En 2013 Londres era la ciudad más popular en el mundo para Grindr con más de 947.000 usuarios.
La desarrolladora de páginas de internet Anna Leach, quien maneja un sitio de internet de lesbianas en Londres, “The Most Cake”, piensa que las dos cosas están relacionadas.
“Es verdad que antes uno podía salir a un bar y esperar encontrar a alguien, pero ahora puedes hacerlo en casa, sentada en tu sofá”.
Y añade que hay una sensación de que la “identidad gay se está disolviendo en la cultura hípster” y que hay una erosión de su visibilidad y peculiaridad que podría llevar a la “pérdida de un centro y, finalmente, a una menor solidaridad”.
Sin embargo, ella no considera que la proliferación de redes sociales sea algo negativo para el ambiente gay.
“Brinda una oportunidad para desarrollar una comunidad lejos del alcohol, para interesarse en tipos de actividad social más diversos”.
Un vocero de Grindr comentó que la aplicación les permite a los usuarios una opción “multifacética”, y muchas de las personas que la utilizan se encuentran online incluso cuando han salido a algún sitio.
Mercado inmobiliario
No obstante, para muchos el tema de fondo no tiene que ver con la escena gay, sino con un tema netamente económico.
Todos los pubs se encuentran enfrentando presiones por el incremento en el costo de las propiedades en Londres.
La Asociación Británica de Cervezas y Pubs estima que el número de locales afiliados ha descendido de 60.100 a lo largo de Reino Unido en 2002, a 48.006 en el 2013.
Adicionalmente, la asociación estima que entre los factores que están marcando la diferencia figuran “los impuestos a la cerveza, que se encuentra entre los más altos del mundo”, y “el cambio de hábitos sociales de la población, por los que más gente se encuentra bebiendo en casa”.
Chris Wiseman, residente de la zona de Crystal Palace, advierte que la comunidad gay adoptó una actitud de “corazón sangrante” frente a este tema.
“Docenas de bares y clubes se encuentran expuestos a las mismas presiones. Cuando veo a personas quejándose a través de las redes sociales me pregunto: ¿cuándo fue la última vez que esa persona estuvo ahí?”, comenta Wiseman.
En su opinión, si les importan tanto esos sitios deberían ir allá a apoyarlos.
Frente a esto Strudwick aclara que no se trata de una situación sencilla, blanco o negro.
“Los precios de las propiedades y los alquileres están fuera de control, pero la gente de la comunidad LGBT se siente afectada desproporcionadamente. Ellos no tienen cientos de bares, por lo que cuando cuatro o cinco cierran, genera un profundo impacto“.
Peter Gragg, del grupo de Amigos de Joirners´Arms, coincide con Strudwick.
“No creo que haya una conspiración maléfica de los promotores inmobiliarios empeñada en sacar de Londres a esta comunidad, aunque eso pudiera ser más sencillo de combatir”.
“Los más vulnerables en la sociedad – bien sea económica o socialmente- son las primeras víctimas del aburguesamiento, y en este sentido los espacios dedicados a los LGTB parecen estar sufriendo enormemente en este momento”, apunta Gragg.
El aburguesamiento se produce cuando la población original de un sector deteriorado es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo, que inicia un proceso de renovación de la zona.
“La buena noticia es que esta es una comunidad a la que las luchas no le son ajenas, así que no nos vamos a dar por vencidos sin dar una gran, llamativa, furiosa pelea”.
¿El último trago?
El Joiners’ Arms: el grupo de apoyo Amigos del Joiners’ Arms ayudó a que se designara como “un valor de la comunidad” en enero pasado. Pero los dueños actuales no están bajo obligación alguna de venderlo y los estatutos no definen restricciones sobre el uso que se le pueda dar.
Regal Homes, la compañía que compró el pub, dice que su propósito es “proporcionar un espacio mejorado para la comunidad como parte de una propuesta de renovación” y asegura que ha sostenido reuniones con los Amigos del Joiner’s Arms para discutir opciones.
Royal Vauxhall Tavern: La taberna RVT, que continúa abierta, ya goza del estatus de “valor de la comunidad”. El grupo de apoyo RVT Future hace campaña para que la sede construida en el siglo 19 sea protegida como patrimonio, lo cual establecería que los dueños deberían pedir autorización para efectuar cualquier cambio que pueda afectar su estatus especial. El Ministerio de Cultura, Medios y Deportes se pronunciará al respecto más tarde en el año.
Innovate, la empresa que compró el edificio, recientemente escribió una carta abierta reclamando que si la estructura recibe el estatus de patrimonio, “los impuestos subirían 50% de la noche a la mañana” y se verían forzados a cerrar.