Michelle Bachelet, quien ejercía como presidenta de Chile para el día en que un devastador terremoto azotó el país, el 27 de febrero de 2010, supo siete horas después de que se registró el mismo que parte del litoral central chileno fue barrido por un tsunami producto del movimiento telúrico.
Así consta en la declaración voluntaria en calidad de testigo que Bachelet prestó el pasado 28 de diciembre ante la fiscal Solange Huerta, encargada de investigar la fallida alerta de tsunami, y que hoy reproduce en exclusiva el diario El Mercurio.
En esa extensa declaración, que se prolongó durante siete horas, la actual directora de ONU Mujeres pone de manifiesto los problemas de comunicación que hubo en las horas posteriores al terremoto y la falta de información de la que dispuso, siempre según su relato.
De acuerdo con esa misma investigación de la Fiscalía, el terremoto de 8,8 grados Richter que se desató a las 03.34 horas del 27 de febrero causó 523 muertos, de los cuales 156 fueron producto del tsunami, que además dejó 25 desaparecidos.
Según recuerda la exmandataria, al llegar esa noche a la sede en Santiago de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) nadie le dijo que a las 04.07 horas el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) había enviado un fax de alerta de tsunami a la Onemi.
"Cuando llegué a la Onemi (dependiente del Ministerio del Interior) se me dijo que no había alerta de tsunami, no que había sido bajada (retirada)", recalca Bachelet.
Al ser preguntada sobre por qué la Onemi, que es la encargada de transmitir esa alerta, no lo hizo cuando la recibió, Bachelet señala que su "impresión es que el fax de alerta enviado por el SHOA no fue interpretado como aleta por las personas que lo recibieron".
Bachelet asegura también que desconoce por qué el SHOA canceló poco después esa alerta.
Además, las primeras informaciones de este organismo señalaban que el epicentro del terremoto se había localizado bajo tierra firme, y no fue hasta las 06.00 horas cuando el SHOA corrigió esos datos y confirmó que se había registrado bajo el mar.
También hacia las 06.00 horas a Bachelet le comunicaron que un concejal del archipiélago Juan Fernández, frente a las costas de Valparaíso, había informado de que una ola gigante había golpeado las costas de la isla Robinson Crusoe, donde el terremoto no se había percibido.
"Por ello solicito que se transmita dicha información al SHOA y se insista sobre la posibilidad de un tsunami", dice la exmandataria, que asegura que el organismo de la Armada envió entonces un segundo fax en el que volvía a descartar esa eventualidad.
La entonces presidenta recuerda que a las 05.30 horas había solicitado que se le facilitara un helicóptero para poder trasladarse a las regiones del Maule y del Biobío, aunque según ha señalado en otras ocasiones, éste no estuvo disponible hasta varias horas después.
Bachelet pudo finalmente viajar hasta Talca, a unos 250 kilómetros al sur de Santiago, y después de sostener una reunión en el regimiento de esa ciudad un prefecto de la Policía de Investigaciones le dio la primera información sobre la ocurrencia de un tsunami en la costa continental.
"Alrededor de las 11.00 horas el prefecto de la PDI me informa que (...) en el cuartel de Constitución había un metro de agua, por lo que fue mi primera información de la ocurrencia de un tsunami en Chile continental", asegura la exmandataria.
Esa localidad del Maule había sido arrasada, entre las 03.49 y las 04.50 horas, por varias olas gigantes que causaron 94 muertos y diez desaparecidos.
El año pasado se dio a conocer un vídeo que grabó la Onemi en el que se refleja la descoordinación que se registró ese día entre las autoridades, incluida la propia Bachelet, y los mandos militares.
El pasado mes de febrero un juzgado de la capital acogió a trámite una querella por denegación de auxilio presentada por el abogado Raúl Meza, en representación de un grupo de familiares de víctimas del tsunami, en la que solicita además que Bachelet sea interrogada como imputada en este caso. EFE