(AFP) – El presidente Hugo Chávez volvió esta semana a Venezuela tras otra sesión de quimioterapia en Cuba, con bríos renovados y duros ataques contra sus opositores, quienes se preparan para escoger a un candidato único que le enfrente en las elecciones de 2012.
Calvo e hinchado por efecto de los fármacos contra el cáncer, Chávez, 57 años, regresó el domingo a Caracas y en múltiples intervenciones públicas por vía telefónica cargó contra la oposición, siguiendo una estrategia de polarización que, según analistas, en el pasado le dio buenos resultados.
La oposición, agrupada en la Mesa de la Unidad (MUD), está abocada a organizar elecciones primarias en febrero próximo para escoger a su abanderado en las presidenciales entre varios precandidatos, destacándose los gobernadores de los dos estados más poblados de Venezuela, Zulia (noroeste) y Miranda (norte), Pablo Pérez y Henrique Capriles, respectivamente.
“La MUD es una amenza para este país, para la paz de Venezuela, no podemos permitir que lleven otra vez al país por la violencia, por la desestabilización. No van a ganar, no lo van a hacer, están moralmente, históricamente inhabilitados”, declaró Chávez esta semana.
“Nunca lo van a lograr y lo vamos a demostar el 2012″, insistió el presidente, que suele llamar a sus opositores “vendepatrias” y “golpistas”.
Chávez, que sostiene que será candidato a un tercer mandato a pesar de su enfermedad, intenta al mismo tiempo mostrar fortaleza y capacidad de conducción a través de su participación, siempre por teléfono, en ruedas de prensa, actos militares, mítines políticos y programas de la televisión.
La voz de Chávez resonó varias veces estos días para hablar de la crisis económica de Estados Unidos, de la unidad de las Fuerzas Armadas venezolanas y de la supuesta conspiración que urdirían sus opositores para desestabilizar a su gobierno.
Para Luis Vicente León, director de la encuestadora privada Datanálisis, era “previsible” que Chávez endureciera el discurso político frente a sus opositores, barajando la estrategia de la polarización que hasta ahora le ha dado resultados.
“Chávez va a ser fiero, duro, va a generar impactos comunicacionales para enmarcar un radicalismo político muy fuertemente porque tiene que demostrar que está vivo, que va a ser el candidato, que su enfermedad no minimiza su actividad política”, señaló a la AFP.
“Son intervenciones radicales, pero la motivación básica es para empezar a encuadrar el debate en la polarización”, comentó el politólogo John Magdaleno, profesor del instituto IESA de Caracas.
La oposición, por su parte, se concentra en las primarias que realizará en febrero para escoger a un candidato que enfrente a Chávez, que aún mantiene una popularidad del 50% tras casi 13 años en el poder.
La enfermedad del presidente puso de relieve una debilidad política en el chavismo, la inexistencia de una figura de recambio.
En sus intervenciones, el presidente, que es el único que entrega reportes sobre su enfermedad de la que no se conocen detalles, se esfuerza en mostrar que tiene al gobierno bajo control y se encuentra fuerte para el combate electoral.
“Estoy bien, estoy inmejorable, con un espíritu que nunca tuve”, afirmó Chávez. “Saldré de esta etapa de paciente, de presidente convaleciente, (estoy) trabajando, pero convaleciente, rumbo a la candidatura, a la gran victoria, vamos unidos a la patria socialista”, asegura Chávez a sus seguidores.
“Es un hombre tan imprescindible en la política nacional que ante la enfermedad siente que debe mostrar que está mandando, que está ahí”, comentó a la AFP el sociólogo de la Universidad Central de Venezuela, Ignacio Ávalos.
“Está haciendo un esfuerzo importante por comunicar la idea de que está recuperándose. Quiere decir que sigue estando al frente de la política del país y sigue siendo el formador de opinión”, opinó Magdaleno.