AFP) – Dos afganos, entre ellos un niño de 12 años, murieron, y otras 15 personas resultaron heridas este viernes en un atentado suicida con coche bomba reivindicado por los talibanes contra un restaurante de cocina francesa de Kabul frecuentado por extranjeros.
El ataque, que se produce diez días antes de una reunión para relanzar negociaciones de paz con los rebeldes, iba dirigido contra el restaurante Le Jardin, propiedad de un afgano y situado en el barrio de Qala-e-Fatullah, donde tienen su sede numerosas oenegés extranjeras.
Las fuerzas de seguridad acordonaron la zona mientras bomberos y ambulancias se dirigían al restaurante, muy popular entre extranjeros y afganos adinerados.
“Podemos confirmar que hubo un ataque suicida con coche bomba contra Le Jardin”, dijo a la AFP el jefe de la policía judicial de Kabul, Fraidun Obaidi.
“Ahora estamos extinguiendo el fuego”, agregó.
“Esta tarde [viernes] llevamos a cabo un ataque contra un restaurante de invasores extranjeros“, afirmó por su parte en Twitter Zabiulah Mudjahid, un portavoz habitual de los talibanes.
Moudjahid aseguró que había varios extranjeros muertos y heridos en el atentado suicida, aunque los insurgentes suelen exagerar el balance de víctimas de sus ataques contra objetivos gubernamentales y extranjeros.
“Dos afganos murieron y 15 más resultaron heridos“, indicó a la AFP Obaidi. La oenegé italiana Emergency, que dispone de un hospital en el centro de Kabul, precisó en Twitter que una de las víctimas mortales era un niño de 12 años.
Los talibanes atacan frecuentemente a las tropas afganas y a las de la OTAN, así como hoteles y restaurantes frecuentados por extranjeros.
Los talibanes no lograron entrar al recinto tras hacer estallar el coche en la entrada, dijo la policía tras llevar a cabo un registro de la zona que condujo a la detención de un sospechoso.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó “firmemente” el ataque en Kabul.
“Los ataques terroristas que matan a civiles inocentes son crimenes imperdonables, injustificables en cualquier religión”, dijo en un comunicado.
- Incertidumbre sobre las conversaciones de paz -
Este primer atentado del año en Kabul se produce poco más de una semana después de una importante reunión cuatripartita entre China, Estados Unidos, Pakistán y Afganistán, destinada a crear una hoja de ruta para retomar las negociaciones de paz con los rebeldes talibanes, interrumpidas el año pasado.
Los talibanes lanzaron una gran campaña en primavera en todo Afganistán y multiplicaron los atentados suicidas con el objetivo, según los especialistas, de llegar en una posición de fuerza a la mesa de negociaciones.
Hace pocos días, el poderoso jefe del ejército paquistaní, el general Raheel Sharif, visitó Kabul para preparar el terreno para nuevas conversaciones de paz con los insurgentes.
Ambas partes acordaron mantener una primera ronda de diálogo entre Afganistán, Pakistán, Estados Unidos y China el 11 de enero para desplegar una hoja de ruta global hacia la paz, indicaron oficiales en Kabul.
Pakistán, un país que históricamente apoyó a los talibanes, acogió una primera ronda de conversaciones en julio pero luego se estancaron cuando los insurgentes anunciaron la muerte de su líder, el mulá Omar.
Afganistán considera vital el apoyo de Pakistán para llevar a los talibanes a la mesa de diálogo. Pero pese a la creciente buena disponibilidad del gobierno pakistaní, los analistas advierten de que todavía está lejos cualquier tipo de negociación importante.
El lunes, justo después de la visita de Sharif, un talibán detonó un coche bomba cerca del aeropuerto de Kabul, matando a un civil en un ataque dirigido contra la OTAN.
Las fuerzas afganas luchan para expulsar a los insurgentes de la región rica en opio de Sangin, en la provincia de Helmand (sur), donde se han hecho fuertes.
En enero de 2014, el restaurante libanés “La Taverne du Liban”, en el centro de Kabul, fue atacado por los insurgentes, que mataron en total a 21 personas, de los cuales 13 extranjeros.
En diciembre de ese año, otro kamikaze se hizo estallar entre una multitud que esperaba para ver un espectáculo en el centro cultural francés de Kabul, matando a dos personas e hiriendo a más de 20.