Al menos 62 miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI) murieron en bombardeos de la coalición internacional en zonas de la provincia iraquí de Nínive cerca de la presa de Mosul.
El responsable de seguridad de la Unión Patriótica del Kurdistán, Gayaz al Suryi, dijo a Efe que los yihadistas lanzaron "un gran ataque" aprovechando las malas condiciones meteorológicas.
En los combates, que permitieron repeler el ataque, fallecieron 12 extremistas.
Los ataques aéreos causaron la destrucción y el incendio de ocho vehículos militares, entre ellos dos preparados para ser usados como coche bomba, así como de armamento pesado.
La coalición encabezada por Estados Unidos realizó más de veinte bombardeos durante las pasadas 24 horas, pese al mal tiempo, según el responsable kurdo.
Los ataques afectaron a las zonas de Al Asheq y Al Kask, en la población de Al Eiadiya, 50 kilómetros al oeste de la ciudad de Mosul, donde se cortaron todos los caminos que emplea el EI al ser destruidos en los bombardeos varios puentes.
También fueron blancos de la coalición los pueblos de Al Abzaj y Hamid, que pertenecen al distrito de Al Namrud, 35 kilómetros al sureste de Mosul, así como Safiya y Al Kanhash, que dependen de la localidad de Kueir.
Al Suryi calificó los bombardeos de los "más intensos" realizados contra esas zonas y añadió que son parte de los preparativos para atacar y reconquistar esos sitios "en breve" con operaciones terrestres.
La provincia de Nínive, el próximo objetivo de las fuerzas iraquíes, es bombardeada casi a diario por las fuerzas de la coalición, que hace dos días mataron a cerca de 37 combatientes del EI.
Mosul, capital de Nínive, está en manos del EI desde junio de 2014, cuando su líder, Abu Bakr al Bagdadi, declaró un califato en los territorios bajo su control en Irak y en la vecina Siria. efe