Un nuevo material que imita la fuerza, resistencia y versatilidad de una
sustancia de la naturaleza, la cutícula de los insectos, fue
desarrollado por investigadores del Instituto Wyss de Ingeniería
Inspirada Biológicamente en la Universidad de Harvard.
Este material llamado Shrilk, de muy bajo costo, además es
biodegradable y biocompatible, podría reemplazar en un futuro a los
plásticos en productos de consumo y ser utilizado de forma confiable en
procedimientos médicos, según los científicos.
La cutícula de los insectos está preparada para el reto de proporcionar
protección sin añadir peso o volumen, tal como es el caso de la cutícula
presente en el exoesqueleto rígido en una mosca o un saltamontes. Este avance de
la ciencia, ha demostrado que es tan ligera que no inhibe el vuelo y muy
delgada, que permite una flexibilidad mayor. Dentro de las
características también destacan su capacidad para variar de estado rígido a
elástico.
Capas de quitina, un polímero de polisacárido y proteínas organizados en una
estructura laminar como la madera, componen la cutícula de los insectos, que
mediante interacciones mecánicas y químicas, hacen de la cutícula un material
único.
Shrilk, llamado así por su composición de de proteínas fibroína de seda y de
la quitina, comúnmente presente en las conchas de los camarones, fue
creado a través de estas complejas interacciones, dando como resultado
este diseño laminar único.
Esta creación de la ciencia, es similar en resistencia y dureza a una
aleación de aluminio, pero con solo la mitad de peso. es fácil de
moldear en formas complejas, tales como tubos. Al controlar el contenido de agua
en el proceso de fabricación, los investigadores fueron capaces incluso variar
su rigidez, de elástico a rígido.
Los atributos de este material tienen múltiples usos, entre ellos podría ser
una alternativa económica y ambientalmente segura del plástico. Shrilk
podría ser utilizado para hacer bolsas de basura, envases, y pañales que se
degraden rápidamente. Además, podría ser utilizado para suturar heridas
que llevan grandes cargas, como en la reparación de una hernia.
El material “tiene el potencial para ser una solución a algunos de
los problemas más críticos de hoy en día para el medio ambiente y un
paso adelante hacia importantes avances médicos”, según afirmaron los creadores.
Con información de ABC
de España