Alrededor del 30% de los juguetes chinos
estudiados por Greenpeace en una reciente investigación, han mostrado altos
niveles de metales pesados, que pueden ser muy perjudiciales para la salud de
los niños, según un estudio publicado por la organización
medioambiental.
En el estudio, presentado en Hong Kong y del que se hace
eco el diario local "South China Morning Post", se revela por ejemplo que un 10%
de los juguetes investigados superan los niveles de plomo permitidos por los
estándares nacionales.
Para la investigación, responsables de Greenpeace
adquirieron alrededor de medio millar de juguetes en Hong Kong y otras cuatro
grandes ciudades chinas (Pekín, Shanghái, Cantón y Wuhan) y los analizaron a
través de Rayos X.
Los aparatos usados podían detectar seis metales
(antimonio, arsénico, cadmio, cromo, plomo y mercurio) conocidos por su
toxicidad y que pueden tener efectos muy perjudiciales para la salud si se
hallan en cantidades excesivas.
De acuerdo con el estudio, se encontró
por ejemplo que uno de los juguetes analizados tenía niveles de plomo 200 veces
superiores a los permitidos por las autoridades sanitarias chinas, o 1.200 veces
mayores que los estándares de EEUU.
Estos juguetes contaminados no sólo
pueden afectar a niños cuando los tocan o se los llevan a la boca, "sino que
pueden llegar a afectar el organismo a través del aire", aseguró al presentar el
estudio la responsable de la campaña, Ada Kong Cheuk-san.
El estudio
choca con recientes resultados de inspecciones en China, donde tras una serie de
escándalos que afectaron a la reputación de los juguetes fabricados en el país
en otros mercados se tomaron medidas más estrictas de seguridad.
Así, una
reciente inspección nacional de la Administración de Supervisión de Calidad,
Inspección y Cuarentena aseguró este año que sólo se hallaron niveles de plomo
excesivos en un juguete de 240 estudiados.
Un experto citado por el
diario hongkonés señaló que las diferencias podían deberse a los distintos
métodos de análisis de Greenpeace y los del Gobierno chino, estos últimos "más
sofisticados" pues no sólo estudian la superficie del producto.
También
reconoció que si bien las grandes productoras jugueteras mundiales prestan
especial atención a la seguridad de sus productos, otras factorías del sector de
menor tamaño, "debido a la presión de la competencia, buscan bajos costes de
producción y son más flexibles al elegir materias primas o con sus controles de
calidad".
EFE