La Casa Blanca condenó como "peligrosa y temeraria" la filtración de cables diplomáticos estadounidenses divulgados por la página de internet Wikileaks, que la residencia presidencial califica como "robados".
En un comunicado difundido con antelación a que varios periódicos de todo el mundo publicaran la filtración facilitada por la página, la Casa Blanca aseguró que la divulgación de los cables pone en peligro los intereses de EE.UU. en política exterior, a agentes secretos y "la causa de los derechos humanos, así como las vidas y el trabajo de los individuos" que los defienden.
Por su naturaleza, indica la Casa Blanca, los informes diplomáticos a Washington son "información franca y a menudo incompleta", que no representa necesariamente la política de EE.UU. ni tampoco "forja las decisiones políticas definitivas" cada vez.
Su publicación puede poner en peligro las conversaciones privadas con Gobiernos extranjeros y líderes de la oposición y "cuando la sustancia de conversaciones privadas se publica", considera, "puede tener un profundo impacto no sólo en los intereses de EE.UU. en política exterior, sino también de nuestros aliados y amigos en todo el mundo".
Estas revelaciones "ponen en peligro a nuestros diplomáticos, profesionales de los servicios secretos y la gente de todo el mundo que viene a EE.UU. en busca de ayuda para promover la democracia y un Gobierno abierto", sostiene.
Los documentos pueden nombrar individuos que viven bajo regímenes opresivos, advierte la Casa Blanca, que advierte que "esta acción peligrosa y temeraria" puede poner en peligro la causa de los derechos humanos y las vidas de quienes los defienden.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, apoya un Gobierno responsable y abierto no sólo en su país sino en todo el mundo y la filtración "es contraria a esas metas", considera el comunicado.
"Condenamos en los términos más duros la divulgación no autorizada de documentos clasificados y de información de seguridad nacional delicada", concluye la Casa Blanca.
Wikileaks divulgó hoy cientos de miles de documentos secretos de la diplomacia de Estados Unidos que detallan los regateos para ubicar a prisioneros de Guantánamo en otros países, y más detalles sórdidos de las relaciones internacionales.
A pesar de las advertencias del Gobierno de EE.UU. sobre la ilegalidad de la divulgación de documentos obtenidos sin permiso, y el supuesto ataque contra su sitio web, Wikileaks volvió al ataque con documentos entregados a diarios de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania.
Los más de 250.000 documentos, que en su mayor parte son mensajes intercambiados por el Departamento de Estado con más de 270 embajadas, consulados y misiones diplomáticas estadounidenses en todo el mundo, contienen asimismo evaluaciones cáusticas de algunos gobernantes aliados de Washington.
EFE
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