Bajo la mirada desconfiada de vecinos, agentes estadounidenses y policías inspeccionaban este martes las calles de la favela Cidade de Deus, en la periferia oeste de Rio de Janeiro, que debe recibir el domingo la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Agentes estadounidenses de civil y policías brasileños en uniforme intercambian informaciones en inglés. Tres automóviles negros con los vidrios oscuros permanecen en las proximidades y, como en una película, los hombres se meten en ellos antes de abandonar el barrio.
"Han visitado varios lugares de la favela, como el Campo do Lazer e inspeccionaron las casas de dos o tres pisos", dijo a la AFP el mayor Romeu, jefe de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) instalada hace dos años en Cidade de Deus, una favela con 50.000 habitantes de donde fueron expulsados los narcotraficantes.
Romeu "no puede confirmar" si será realmente esta favela (que se tornó célebre en 2002 por la película homónima de Fernando Meirelles) la que recibirá la visita de Obama el domingo, en el segundo y último día de su viaje oficial a Brasil.
"Los agentes estadounidenses han realizado visitas técnicas. También han visitado otras favelas", agregó.
Josias Oliveira, de 43 años y vicepresidente de la Asociación de Vecinos, es mucho más directo: "Fuimos tomados de sorpresa. Tendremos una reunión para preparar las cosas. Habrá jóvenes jugando al básquetbol, otros que harán una ronda de 'capoeira', y otros bailarán samba, funck y axê", apuntó.
"Han hecho un maquillaje en la favela", añadió, en alusión a los empleados municipales que cubren baches en las calles o a los que recogen la basura.
Según Oliveira, después de la película de Meirelles en la que se veía a los vecinos conviviendo con la extrema violencia, la seguridad mejoró pero "aún faltan muchas cosas: la recolección de basura es precaria, la red de cloacas no existe y falta asfaltar las calles".
"La visita del presidente estadounidense valoriza cualquier favela, es como si se tratara del Papa. Esto ayudará a mejorar las cosas", dijo Oliveira.
"¿Usted conoce a Barack Obama?", preguntó la AFP a una vecina, quien simplemente respondió: "No."
"Es el presidente de Estados Unidos, que debe venir aquí este domingo", reforzó la AFP. Regina, de 55 años, respondió sin pestañear: "Entonces es bueno que venga, que vea toda esta basura y pida que sea retirada".
Por delante de su precaria casilla pasa el 'río Grande', un vertedero convertido en una verdadera cloaca a cielo abierto.
"Yo escuché en la televisión sobre el presidente 'Maracubana'", dice Suely, sumándose a la conversación con su peculiar pronunciación del nombre de Barack Obama.
"Hace falta que venga a este lado de la favela donde todo es sucio. Hay ratas enormes y hasta serpientes. Espero que nos ayude", añadió la mujer.
El presidente Obama llegará el sábado a Brasilia, donde se reunirá con la presidente brasileña, Dilma Rousseff.
El domingo, después de la eventual visita a la favela Cidade de Deus, hará un discurso público en la tradicional plaza de Cinelandia, en el corazón de Rio de Janeiro.
Sin embargo, movimientos sociales y gremiales declararon a Obama "persona non grata" y formularon un llamado a manifestarse. Acusan a Obama de mantener una política "belicosa de ocupación de países y agredir a personas en nombre de la lucha contra el terrorismo".
Agentes estadounidenses de civil y policías brasileños en uniforme intercambian informaciones en inglés. Tres automóviles negros con los vidrios oscuros permanecen en las proximidades y, como en una película, los hombres se meten en ellos antes de abandonar el barrio.
"Han visitado varios lugares de la favela, como el Campo do Lazer e inspeccionaron las casas de dos o tres pisos", dijo a la AFP el mayor Romeu, jefe de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) instalada hace dos años en Cidade de Deus, una favela con 50.000 habitantes de donde fueron expulsados los narcotraficantes.
Romeu "no puede confirmar" si será realmente esta favela (que se tornó célebre en 2002 por la película homónima de Fernando Meirelles) la que recibirá la visita de Obama el domingo, en el segundo y último día de su viaje oficial a Brasil.
"Los agentes estadounidenses han realizado visitas técnicas. También han visitado otras favelas", agregó.
Josias Oliveira, de 43 años y vicepresidente de la Asociación de Vecinos, es mucho más directo: "Fuimos tomados de sorpresa. Tendremos una reunión para preparar las cosas. Habrá jóvenes jugando al básquetbol, otros que harán una ronda de 'capoeira', y otros bailarán samba, funck y axê", apuntó.
"Han hecho un maquillaje en la favela", añadió, en alusión a los empleados municipales que cubren baches en las calles o a los que recogen la basura.
Según Oliveira, después de la película de Meirelles en la que se veía a los vecinos conviviendo con la extrema violencia, la seguridad mejoró pero "aún faltan muchas cosas: la recolección de basura es precaria, la red de cloacas no existe y falta asfaltar las calles".
"La visita del presidente estadounidense valoriza cualquier favela, es como si se tratara del Papa. Esto ayudará a mejorar las cosas", dijo Oliveira.
"¿Usted conoce a Barack Obama?", preguntó la AFP a una vecina, quien simplemente respondió: "No."
"Es el presidente de Estados Unidos, que debe venir aquí este domingo", reforzó la AFP. Regina, de 55 años, respondió sin pestañear: "Entonces es bueno que venga, que vea toda esta basura y pida que sea retirada".
Por delante de su precaria casilla pasa el 'río Grande', un vertedero convertido en una verdadera cloaca a cielo abierto.
"Yo escuché en la televisión sobre el presidente 'Maracubana'", dice Suely, sumándose a la conversación con su peculiar pronunciación del nombre de Barack Obama.
"Hace falta que venga a este lado de la favela donde todo es sucio. Hay ratas enormes y hasta serpientes. Espero que nos ayude", añadió la mujer.
El presidente Obama llegará el sábado a Brasilia, donde se reunirá con la presidente brasileña, Dilma Rousseff.
El domingo, después de la eventual visita a la favela Cidade de Deus, hará un discurso público en la tradicional plaza de Cinelandia, en el corazón de Rio de Janeiro.
Sin embargo, movimientos sociales y gremiales declararon a Obama "persona non grata" y formularon un llamado a manifestarse. Acusan a Obama de mantener una política "belicosa de ocupación de países y agredir a personas en nombre de la lucha contra el terrorismo".
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