Vanessa Hudgens puede presumir de tener un cuerpazo envidiable, pero confiesa que en 2007 descuidó su dieta y comenzó a engordar porque dejó de tomar verduras, pero como rectificar es de sabios, detalla cómo consiguió volver a ponerse en forma.
En 2007 Vanessa comenzó a descuidar su dieta, y los caprichos y la comida rápida se convirtieron en sus básicos diarios. “No estaba sana. Solía ir a la pastelería Cold Stone , me compraba helado Butterfinger y me lo comía entero antes de ir a dormir”.
Además de picar entre horas, la alimentación de Vanessa dejó de ser equilibrada: “Vivía a base de comida rápida para calentar en el microhondas y nunca comía verduras. Necesitaba hacer algo con mi dieta”. “Mis dedos estaban anaranjados de tanto comer Cheetos y casi no me cabía la ropa”.
Vanessa acabó dándose cuenta de que ese estilo de vida no era en absoluto saludable, así que se concienció de que su alimentación debía cambiar radicalmente.
La actriz revela a la revista Shape su cambio de hábitos y confesó: “Me gustan los huevos cocidos con verduras o la avena con almedrás y frutas”. Ahora a la hora de comer y de cenar la artista toma ensalada de espinacas con pollo asado o salmón, alemdras, queso feta un poco de aceite de trufa y una cucharada de sal marina de Himalaya.
“Cuando tomas alimentos saludables, te sientes mucho mejor”. Pero además, la actriz combina su dieta con una nueva rutina en la que el ejercicio es fundamental. Ahora practica pilates, yoga y spinning así como clases de cardio kickboxing, a las que va con su madre.EP
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