En concreto, el responsable comunitario ha acusado a la compañía de abuso de posición dominante al emplear sus propios servicios verticales de forma preferencial, en detrimento de los de sus competidores. En segundo lugar, la CE desaprueba la manera en que Google copia material original de las páginas web de sus competidores, como por ejemplo opiniones de los usuarios de hoteles o restaurantes, y lo utiliza en su propia página web sin permiso previo, aprovechando los beneficios que eso conlleva.
Bruselas, también pone en duda los acuerdos entre Google y sus socios en páginas donde despliega publicidad relacionada con las búsquedas, que dan lugar a una "exclusividad de facto" al gigante estadoundense y cierra posibilidades a competidores que también ofrecen servicios de publicidad.
Por último, la CE cree que Google impone restricciones a la portabilidad de las campañas de publicidad relacionadas con las búsquedas en línea, desde su plataforma AdWords a otras plataformas de competidores.
"Espero que Google aproveche la oportunidad para resolver rápidamente nuestras preocupaciones", ha añadido el comisario, que la semana pasada habló con el presidente de la empresa estadounidense, Eric Schmidt. Ahora le toca a Google corregir las prácticas señaladas esta mañana por Almunia. A partir de su respuesta, el Ejecutivo comunitario puede aceptarlas o no. En este último caso, Bruselas enviará al buscador un pliego de cargos con las acusaciones formales y avanzará hacia la imposición de la multa por abuso de posición dominante.