Una vez cubierta la primera escala en Barcelona y revisado el horizonte de decisión sobre la ubicación final de Eurovegas (será en septiembre, dos meses más tarde de lo anunciado), la visita a Madrid de los representantes de Las Vegas Sands Corporation, que han llegado a las 10.15 al aeropuerto de Barajas, está acompañada de menos expectativas y algo más de prudencia política, en continuidad con las últimas declaraciones de la presidenta Esperanza Aguirre, para quien lo importante es que el proyecto recale finalmente en España y que no se repita “lo que ya pasó con Eurodisney, que se fue a París”.
La delegación estadounidense, liderada por Michael Leven, número dosde Sheldon Adelson, inspecciona hoy los terrenos de Valdecarros,Alcorcón y una finca de 10 millones de metros cuadrados entre Torrejón y Paracuellos, junto con los alcaldes de la zona y del presidente de PromoMadrid, Jesús Sainz, pero sin la presencia de representantes del Gobierno madrileño.
La sentencia del mes pasado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que volvía a convertir en rurales las 1.000 hectáreas urbanizables que Alcorcón ofrece en su distrito Norte —se recurrirá al Tribunal Supremo—, unida a la incertidumbre que generó el mismo Adelson en la junta anual de accionistas al decir que “Eurovegas no es un proyecto español”, han decidido al Ejecutivo autonómico madrileño a desarrollar un perfil más discreto.
Tras el paseo por los tres terrenos, la delegación se reunirá en la Real Casa de Correos con la presidenta regional, Esperanza Aguirre, y almorzará con grandes empresarios y responsables de entidades financieras. Por la tarde darán una rueda de prensa en el hotel Eurostars y conocerán el Museo del Prado antes de cenar con la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.
El nuevo plazo que Las Vegas Sands se ha concedido para tomar la decisión sobre el suelo que acogerá los cuatro hoteles y los dos casinos proyectados permitirá a la empresa un mayor margen para negociar la financiación. Fue una de las cuestiones a las que se refirió ayer Michael Leven ayer en Barcelona. Dos de cada tres euros de los 6.000 millones que se invertirán tiene que aportarlos la banca, un sector que no pasa ahora por un buen momento.
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