El secretario de Hacienda y hombre fuerte del nuevo Gobierno mexicano, Luis Videgaray, afirmó el jueves que “aumentar la productividad, el principal factor que ha detenido el crecimiento del país en los últimos 30 años, es el objetivo de la presidencia de Enrique Peña Nieto”, y que a ese fin están orientadas las reformas estructurales previstas y consensuadas con la oposición en el Pacto por México. En la apertura del Mexico Economic Summit, organizado por la agenciaBloomberg y celebrado en la capital mexicana, Videgaray señaló ante un selecto grupo de financieros y hombres de negocios que si se llevan a cabo esas reformas la tasa de crecimiento superará el 5% anual de forma sostenida. “Su impacto se notará en los próximos años, no tenemos por qué esperar generaciones”, añadió.
Videgaray, que comenzó su intervención haciéndose eco de las optimistas expectativas internacionales sobre México, que ejemplificó citando el editorial del día de EL PAÍS, enumeró las fortalezas de la economía de su país -estabilidad macroeconómica, solidez del sistema financiero, un Banco Central con autonomía desde 1993, un tipo de cambio flexible y el objetivo de déficit cero pactado con la oposición- para centrarse después en lo que queda por hacer para convertir en realidad - “no solo para los mercados, sino para los bolsillos de las familias mexicanas”- esas esperanzas.
Para el ministro, el gran lastre del crecimiento de México ha sido su baja productividad desde hace 30 años. Entre 1981 y 2011, apuntó, Chile, Irlanda y Corea del Sur tuvieron un crecimiento promedio del 4% con picos del 6% mientras que el de México fue del 2,4%, muy por debajo de su potencial. Asimismo, durante ese periodo la tasa de productividad de esos tres países fue positiva y la de México se contrajo el 0,7%. Añadió que revertir esa tendencia es el objetivo del Gobierno y de ahí la agenda de reformas que recoge el Pacto por México destinadas todas a aumentar la competencia: la laboral, la educativa; la de las telecomunicaciones, la energética y la fiscal.
Videgaray afirmó que la reforma fiscal, sobre la que ya se está trabajando y que está prevista para el segundo semestre del año, buscará aumentar los recursos del Estado con un sistema tributario “menos complejo y más justo”. Anunció también que en las próximas semanas se presentarán una serie de iniciativas con el objetivo de ampliar el acceso al crédito de las PYMES, un aspecto en el que México está actualmente muy por debajo de países como Brasil o Chile. El secretario de Hacienda, que estimó el crecimiento de la economía mexicana este año en un 3,5%, un dato “positivo, pero no suficiente para disminuir la pobreza”, llamó a los mexicanos a hacer las reformas y a aprovechar la oportunidad que presenta el contexto internacional.
Ese deseo de los mercados de que México se convierta pronto en una buena historia para los inversores cuando las oportunidades en otros países emergentes parecen agotarse flotaba ayer en la cumbre organizada por Bloomberg. Mauro Leos, responsable para América Latina de la agencia Moody`s, subrayó que las perspectivas hacia el país son muy favorables, “más que en 2012 o después de las elecciones presidenciales”, en buena medida, gracias a la firma del Pacto por México, "símbolo de una nueva realidad política de consenso que incluye a la izquierda”. “Ya en el pasado hubo buenas intenciones, con los presidentes Fox y Calderón, pero ahora hay cambios políticos importantes”, afirmó.
Moody`s mantiene para México la perspectiva de “estable” y no hará una nueva calificación hasta final de año cuando vea cómo evolucionan las reformas. “Los mercados son maniaco-depresivos y hay que estar preparados por si se decepcionan prematuramente”, porque lógicamente “habrá traspiés, se producirán atascos o se tendrán que reenfocar algunas estrategias”, advirtió Leos. “En el pasado ha habido mucho ruido negativo con México y ahora es positivo al contar con una nueva Administración con capacidad política. Hace dos o tres años, los inversores solo querían hablar de seguridad y ahora nadie pregunta por eso. Para México son mucho más importantes Pemex, China y EE UU que los Zetas”, añadió.
El analista de Moody’s explica también el ambiente favorable a México por razones exteriores. “China está orientada al mercado interno y su política sobre propiedad intelectual ha impactado negativamente en todos los sectores. Brasil, por su parte, tiene un Gobierno muy intervencionista, con un enorme afán regulatorio, que exige muchos trámites e impuestos”.
En la misma línea se pronunció Roberto Torres, director de BNP Paribas, para quien se está produciendo un cambio de paradigma porque la “fiesta china de materias primas, a la que México, no fue invitada, se ha acabado. Brasil, cuya economía estaba hecha para vivir al máximo esa fiesta sufre ahora las consecuencias, luchando contra la estanflación, con un crecimiento del 1,6% y una inflación del 6,5%. Empieza a quedarse detrás de la curva”. En cuanto a Chile, el país del milagro económico por excelencia de la región, subrayó que “el tamaño de su mercado es demasiado pequeño para absorber un gran flujo de inversión”.
Torres no considera que las esperanzas desatadas sobre el futuro de México sean infundadas. “No es un burbuja, sino el efecto de una percepción política de los mercados derivada de un presidente con oficio de Gobierno y de una ambiciosa agenda de reformas que pueden traducirse en un crecimiento del PIB”. BNP calcula que el país cerrará 2013 con un crecimiento del 3,9%.
México, con una de las economías más abiertas del continente, parece encontrarse ante una oportunidad histórica. “El Tratado de Libre Comercio entre Canadá, EE UU y México debería ser la base de una nueva plataforma de Norteamérica muy competitiva. Pocos países tienen lo que nuestras tres naciones en energía, educación y tecnología. Podemos hacer grandes cosas juntos”, aseguró Carla Hills, secretaria de Comercio Exterior de EE UU entre 1989 y 1993.
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