Identifican una nueva diana molecular para el control de la malaria
Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard (HSPH), en Estados Unidos, y la Universidad de Perugia (UNIPG), en Italia, ha demostrado que el desarrollo del óvulo en las especies de mosquitos principalmente responsables de la propagación de la malaria depende de un cambio en la hembra producido por una hormona masculina entregada durante el acto sexual.
El bloqueo de la activación de esta opción podría afectar la capacidad de reproducción de la especie 'Anopheles gambiae' y convertirse en una estrategia de futuro viable para el control de mosquitos y la malaria.
"Estos resultados representan un importante paso adelante en nuestra comprensión de cómo se reproducen los vectores de la devastadora malaria", dijo Flaminia Catteruccia, profesora asociada de Inmunología y enfermedades infecciosas de la HSPH y UNIPG y autora de esta investigación, que se publica este martes en la edición digital de 'Plos Biology'.
La malaria es la principal causa de muerte en las regiones tropicales y subtropicales y se calcula que hay 216 millones de casos de malaria en todo el mundo en 2010, sobre todo entre las mujeres embarazadas y los niños. Los científicos centraron su trabajo en el conocimiento existente sobre el 'Anopheles gambiae', un vector altamente eficiente del parásito de la malaria, porque estos mosquitos se alimentan principalmente de sangre humana y tienen una tasa muy alta de reproducción.
Los investigadores estudiaron la interacción entre una hormona esteroide llamada 20-hidroxi-ecdisona o-20E, que se transfiere desde el macho a la hembra del mosquito durante el apareamiento, y una proteína estimuladora de la ovogénesis (creación de un óvulo) inductora del aparamiento llamada MISO.
Utilizaron técnicas químicas para suprimir el funcionamiento de MISO en los mosquitos hembra y encontraron que al hacerlo se reduce el desarrollo del óvulo y que MISO y 20E interactúan en el tracto reproductivo de la hembra del mosquito. Además, identificaron el camino a través del cual 20E afecta a MISO y que la interacción 20E-MISO aumenta la acumulación de lípidos en los ovarios, lo que lleva a una más rápida y mayor producción de huevos.
Los investigadores encontraron que el desarrollo de los huevos depende de un interruptor, la proteína MISO, en la hembra que se activa por una hormona masculina entregada durante el acto sexual. La transferencia masculina de 20E esencialmente actúa como una "señal de apareamiento" de la hembra para producir más huevos.
"Hasta ahora, no se sabía cómo contribuyen los machos al desarrollo de huevos, pero con la identificación de los jugadores moleculares de la interacción hombre-mujer ahora podemos encontrar formas para apagar la señal y evitar que las hembras se reproduzcan", dijo Catteruccia. Los investigadores añaden que el hallazgo es prometedor para desarrollar nuevas herramientas de control de la malaria.
"Esta es la primera vez, en cualquier especie de insecto, que se ha demostrado que una hormona masculina interactúa directamente con una proteína femenina y altera la capacidad de la mujer para reproducirse", dijo el coautor Francesco Baldini, estudiante graduado de UNIPG que realizó parte de los análisis como científico visitante en la HSPH. EP
El bloqueo de la activación de esta opción podría afectar la capacidad de reproducción de la especie 'Anopheles gambiae' y convertirse en una estrategia de futuro viable para el control de mosquitos y la malaria.
"Estos resultados representan un importante paso adelante en nuestra comprensión de cómo se reproducen los vectores de la devastadora malaria", dijo Flaminia Catteruccia, profesora asociada de Inmunología y enfermedades infecciosas de la HSPH y UNIPG y autora de esta investigación, que se publica este martes en la edición digital de 'Plos Biology'.
La malaria es la principal causa de muerte en las regiones tropicales y subtropicales y se calcula que hay 216 millones de casos de malaria en todo el mundo en 2010, sobre todo entre las mujeres embarazadas y los niños. Los científicos centraron su trabajo en el conocimiento existente sobre el 'Anopheles gambiae', un vector altamente eficiente del parásito de la malaria, porque estos mosquitos se alimentan principalmente de sangre humana y tienen una tasa muy alta de reproducción.
Los investigadores estudiaron la interacción entre una hormona esteroide llamada 20-hidroxi-ecdisona o-20E, que se transfiere desde el macho a la hembra del mosquito durante el apareamiento, y una proteína estimuladora de la ovogénesis (creación de un óvulo) inductora del aparamiento llamada MISO.
Utilizaron técnicas químicas para suprimir el funcionamiento de MISO en los mosquitos hembra y encontraron que al hacerlo se reduce el desarrollo del óvulo y que MISO y 20E interactúan en el tracto reproductivo de la hembra del mosquito. Además, identificaron el camino a través del cual 20E afecta a MISO y que la interacción 20E-MISO aumenta la acumulación de lípidos en los ovarios, lo que lleva a una más rápida y mayor producción de huevos.
Los investigadores encontraron que el desarrollo de los huevos depende de un interruptor, la proteína MISO, en la hembra que se activa por una hormona masculina entregada durante el acto sexual. La transferencia masculina de 20E esencialmente actúa como una "señal de apareamiento" de la hembra para producir más huevos.
"Hasta ahora, no se sabía cómo contribuyen los machos al desarrollo de huevos, pero con la identificación de los jugadores moleculares de la interacción hombre-mujer ahora podemos encontrar formas para apagar la señal y evitar que las hembras se reproduzcan", dijo Catteruccia. Los investigadores añaden que el hallazgo es prometedor para desarrollar nuevas herramientas de control de la malaria.
"Esta es la primera vez, en cualquier especie de insecto, que se ha demostrado que una hormona masculina interactúa directamente con una proteína femenina y altera la capacidad de la mujer para reproducirse", dijo el coautor Francesco Baldini, estudiante graduado de UNIPG que realizó parte de los análisis como científico visitante en la HSPH. EP