La India desafió un año más el peligro que representan serpientes como las cobras para celebrar el festival hindú de Nag Panchami, en la que son adorados miles de estos reptiles a lo largo del país asiático.
"Ha sido parte de la tradición hindú desde que se creó el mundo", aseguró a Efe Dhani Nath, uno de los encantadores de serpientes apostados a la entrada de un concurrido templo en el centro de Nueva Delhi.
Nath explicó que "con ocasión de este festival cogemos serpientes en los bosques, uno o dos meses antes, y las liberamos luego, porque hemos hecho esa promesa" de dejar libres a los animales en su hábitat.
"No les quitamos los colmillos", en contra de lo que mucha gente cree, sino que "cantamos algunos mantras hasta que su veneno se reduce y no atacan. Se quedan así hasta que las liberemos", aseguró mientras cogía con la mano a una de sus tres culebras.
La festividad honra a Bhole Nath, uno de los nombres del dios Shiva, de la misma casta que estos encantadores, y concluye por la noche a la orilla de ríos sagrados como el Ganges, donde se reza junto a los reptiles y se hacen ofrendas antes de dejarlos libres.
Una práctica prohibida por la legislación india, que no permite capturar estos animales, de los que el país asiático cuenta con unas 250 especies, aunque apenas una quincena de ellas son venenosas, según recoge el diario local The Times of India.
Muchos de los ejemplares capturados para Nag -serpiente en sánscrito- Panchami son de especies como la cobra, con el consiguiente peligro de mordedura venenosa pese a la tradición de domesticarlas para celebrar el festival.
Otras no son venenosas, pero pueden trasmitir en cambio enfermedades ya que se alimentan de roedores y otros animales enfermos.
La tradición incluye prácticas como no dar de comer ni beber a las culebras durante varias jornadas, para que el día de la celebración beban leche ante la mirada de los fieles, a quienes los encantadores reclaman propinas y a cambio pueden pedir un deseo.
La imagen típica del hombre con turbante que toca una flauta para hacer salir a la serpiente de la cesta se repitió durante esta jornada en gran parte de la India ante la devoción de miles de fieles y la mirada de muchos curiosos.
EFE
"Ha sido parte de la tradición hindú desde que se creó el mundo", aseguró a Efe Dhani Nath, uno de los encantadores de serpientes apostados a la entrada de un concurrido templo en el centro de Nueva Delhi.
Nath explicó que "con ocasión de este festival cogemos serpientes en los bosques, uno o dos meses antes, y las liberamos luego, porque hemos hecho esa promesa" de dejar libres a los animales en su hábitat.
"No les quitamos los colmillos", en contra de lo que mucha gente cree, sino que "cantamos algunos mantras hasta que su veneno se reduce y no atacan. Se quedan así hasta que las liberemos", aseguró mientras cogía con la mano a una de sus tres culebras.
La festividad honra a Bhole Nath, uno de los nombres del dios Shiva, de la misma casta que estos encantadores, y concluye por la noche a la orilla de ríos sagrados como el Ganges, donde se reza junto a los reptiles y se hacen ofrendas antes de dejarlos libres.
Una práctica prohibida por la legislación india, que no permite capturar estos animales, de los que el país asiático cuenta con unas 250 especies, aunque apenas una quincena de ellas son venenosas, según recoge el diario local The Times of India.
Muchos de los ejemplares capturados para Nag -serpiente en sánscrito- Panchami son de especies como la cobra, con el consiguiente peligro de mordedura venenosa pese a la tradición de domesticarlas para celebrar el festival.
Otras no son venenosas, pero pueden trasmitir en cambio enfermedades ya que se alimentan de roedores y otros animales enfermos.
La tradición incluye prácticas como no dar de comer ni beber a las culebras durante varias jornadas, para que el día de la celebración beban leche ante la mirada de los fieles, a quienes los encantadores reclaman propinas y a cambio pueden pedir un deseo.
La imagen típica del hombre con turbante que toca una flauta para hacer salir a la serpiente de la cesta se repitió durante esta jornada en gran parte de la India ante la devoción de miles de fieles y la mirada de muchos curiosos.
EFE