Un 15 de abril de 1985, los estadounidenses Marvin Hagler (campeón defensor del título de peso mediano) y Tommy Hearnsprotagonizaron los ocho minutos más brutales de la historia del boxeo.
Fue un espectáculo brindado sobre el cuadrilátero del Ceasars Palace de Las Vegas, donde se encontraron los dos mejores pugilistas de la época. Se pegaron sin parar durante 481 segundos para entrar en la historia como una de las mejores batallas cortas de todos los tiempos.
Fue un espectáculo brindado sobre el cuadrilátero del Ceasars Palace de Las Vegas, donde se encontraron los dos mejores pugilistas de la época. Se pegaron sin parar durante 481 segundos para entrar en la historia como una de las mejores batallas cortas de todos los tiempos.
DESENLACE DE INFARTO
Llegado el tercer round, tras una pausa para tratar una herida en su frente, el mismo Hagler iba a sorprender a todos: pegó duro con su puño diestro y su rival ya no lo pudo soportar. El árbitro detuvo la pelea y coronó al campeón, que luego haría dos peleas más antes de retirarse con una derrota muy polémica por puntos contra Sugar Ray Leonard.
Llegado el tercer round, tras una pausa para tratar una herida en su frente, el mismo Hagler iba a sorprender a todos: pegó duro con su puño diestro y su rival ya no lo pudo soportar. El árbitro detuvo la pelea y coronó al campeón, que luego haría dos peleas más antes de retirarse con una derrota muy polémica por puntos contra Sugar Ray Leonard.
Hearns, en tanto, continuó con su carrera por mucho tiempo. Llegó a ser siete veces campeón del mundo y se retiró recién en 2006, con 47 años.