A Axel los tacones le duermen los pies, Andrea extraña sus pantalones deportivos tanto como a su familia y Eliana sigue una estricta dieta, pero todas se someten gustosas a ese régimen casi militar y abandonan sus pequeños deseos para lograr uno mayor: ser Miss Venezuela 2010.
En un país conocido por su obsesión por la belleza femenina, el concurso Miss Venezuela reúne año a año a más de 7.000 mujeres dispuestas a reducir su talla, pasar por el bisturí y seguir una dura rutina para convertirse en la nueva beldad nacional."Creo que lo que menos me gusta son los tacones. Estoy acostumbrada, pero hay un tiempo en que el pie se duerme", lamenta preocupada Axel López, una diseñadora gráfica de 20 años que forma parte de las 28 preseleccionadas que participarán el próximo jueves en el certamen final.
La jornada de estas jóvenes comienza antes del amanecer con sesiones de gimnasio, clases de pasarela, coreografía, oratoria, vestuario y masajes. Un régimen "casi militar", como admite el presidente del certamen Miss Venezuela, Osmel Sousa.
"La disciplina es lo que identifica al Miss Venezuela, es una responsabilidad muy grande estar aquí", afirma López.
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