La cantante, de 36 años, reconvertida en diseñadora de moda, dice que su marido, de 35, puede quedar incluido cada año en la lista de los hombres más atractivos y deseables del planeta, pero que, como la mayoría de los mortales, pierde mucho por las mañanas.
"La otra mañana miré a David justo después de que se levantara y pensé: 'tienes una pinta horrible'. Gracias a Dios, porque es un hombre que siempre parecía perfecto", explica la ex Spice Girl.
La opinión de "Posh" sobre el futbolista ha cambiado en pocos meses, porque el pasado mes de octubre declaró a la revista "Marie Claire" que su marido "nunca" había amanecido con mal aspecto.
La pareja tiene tres hijos varones -Brooklyn, de 11 años, Romeo, de 8, y Cruz, de 5- y Victoria no descarta ampliar la familia, aunque parece resignada a que se quedará sin descendencia femenina.
"Quizás algún día otro bebé, pero en estos momentos creo que las posibilidades de una niña son bastante escasas", indica.
Sobre su faceta de diseñadora, reconoce que no dibuja los diseños personalmente -"pero tampoco lo hacen muchos otros diseñadores"- y explica que su método de trabajo es "ponerme cosas, experimentar con ideas e intentar encontrar una manera de hacer que todo resulte favorecedor y que haga a una mujer sentirse bonita".
El número de febrero será la séptima portada que "Vogue" dedica a Victoria Beckham, que se define como "una persona positiva" por mucho que públicamente siempre aparezca con cara de pocos amigos.
"Siempre miro mi cara deprimente (en las fotos) y me pregunto por qué no me limité a sonreír, ya que soy una persona bastante feliz y sonriente", afirma "Posh", que echa la culpa a los paparazzi.
"Cuando los veo, me quedo helada. Quizás es el muro de seguridad después de tantos años de mierda", dice.
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