La sonda Cassini de la NASA y un telescopio del Observatorio Europeo del Sur captaron una tormenta gigante en la atmósfera del planeta Saturno y provocó una compleja erupción de material brillante desde las nubes.
Normalmente la atmósfera de Saturno es tranquila y apacible, pero una vez en el año del planeta -que equivale a unos treinta años terrestres- cuando la primavera se acerca al hemisferio norte del planeta algo produce una importante perturbación.
No es la primera vez que se detectan estas tormentas, pues el primer registro de este fenómeno data desde 1876, y en los últimos 200 años se han emitido docenas de informes en los que se habla de manchas en la superficie de Saturno.
Los científicos piensan que la tormenta pudo haberse originado en las profundidades de las nubes de agua, donde un fenómeno parecido a las tormentas eléctricas desencadenó la creación de una gigantesca columna de convección (de manera similar a como el aire caliente tiende a subir al interior de una pieza calefaccionada, dicha masa de gas se desplazó hacia arriba empujando la atmósfera exterior de Saturno).
Todas estas perturbaciones terminan interactuando con el viento que circula hacia el este y oeste, provocando importantes cambios de temperatura en la parte superior de la atmósfera.
Los cambios de temperatura, muy fuertes en lo alto de la estratósfera de Saturno, fueron bautizados como "faros estratosféricos". La temperatura en la estratósfera del planeta es de unos -130 grados centígrados.
Según informa la NASA, la violencia de la tormenta -la más fuerte jamás detectada- tomó por sorpresa a los investigadores.
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