La respuesta cauta de Estados Unidos frente al lanzamiento de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) implica un reconocimiento por
Washington del retroceso de su influencia y de la creciente autonomía de la
región, señalaron analistas.
"Los grupos subregionales son potencialmente importantes representantes del
hemisferio y pueden ser útiles socios para Estados Unidos", se limitó a expresar
el Departamento de Estado ante el nacimiento de la Celac, un nuevo mecanismo de
integración que expresamente excluye a Estados Unidos y Canadá.
Aunque muchos de los mandatarios reunidos en Caracas afirmaron que la Celac
no va contra nadie, otros, como el venezolano Hugo Chávez o el ecuatoriano
Rafael Correa, quieren que ésta sustituya a la Organización de Estados
Americanos (OEA), a la que acusan de estar supeditada a Washington.
"Estados Unidos ha aceptado que ha cambiado, que no tiene la influencia o el
espacio que tenía en América Latina", indicó a AFP el presidente del centro de
análisis en Washington Diálogo Interamericano, Michael Shifter.
La Celac "es una expresión política de un distanciamiento de los países de
América Latina y el Caribe frente a Estados Unidos", dijo.
Hasta hace unas décadas "hubiera sido muy difícil imaginar" la conformación
de un bloque de concertación política similar, apuntó el analista.
Ahora el Departamento de Estado "reconoce que América Latina ha alcanzado un
nivel de independencia y autonomía y una sofisticación política y económica, que
hace natural la existencia de estos grupos regionales", estimó Cynthia Arnson,
directora del programa para América Latina del centro Woodrow Wilson.
El lanzamiento de la Celac ocurre en momentos en que el gobierno de Barack
Obama vuelve a estar sin una persona a cargo de la oficina para América Latina
en el Departamento de Estado.
Robert Jacobson fue nominada por el presidente Obama para reemplazar en ese
puesto a Arturo Valenzuela, quien lo abandonó en julio pasado, pero su
ratificación en el Senado es una incógnita.
El senador republicano ultraconservador Marco Rubio ha amenazado con bloquear
la ratificación de cualquier cargo para América Latina, incluida el de Jacobson,
en protesta por lo que considera una política de "contemporización y debilidad"
de Obama frente a la región.
Valenzuela a su vez debió esperar en 2009 seis meses por su confirmación en
el Senado por el bloqueo de un senador.
Pero más allá de eso, la cautela de Washington puede también deberse al hecho
de que la historia de la integración latinoamericana, un objetivo perseguido en
la región desde hace siglos, sigue aún enfrentada a obstáculos ideológicos,
políticos y económicos.
"La actitud de todo el mundo es de esperar y ver si este será otro encuentro
donde hay muchos discursos y fotos de grupo" pero sin mayor capacidad operativa,
dijo Arnson a AFP.
El hecho de que Chile, un país cercano a Estados Unidos, detente la
presidencia pro témpore de la Celac es otro motivo de tranquilidad para
Washington.
"El tono de la mayoría de los mandatarios en Celac es de no tener una
posición en contra de Estados Unidos, sino una organización regional que pueda
mantener relaciones con Estados Unidos", explicó Shifter.
De igual forma, la posibilidad de que la Celac suplante a la OEA, que incluye
a todos los países del continente aunque Cuba sigue excluida, es como mínimo
prematura.
"No habrá competencia", porque la Celac "no tiene una estructura, o marcos
normativos o un equipo profesional", como sí lo tiene la OEA, apuntó
Shifter.
"Hay muchas razones por las cuales la OEA está pasando apuros, pero estoy
segura de que la Celac no es una amenaza a la existencia de la OEA", dijo Arnson
AFP