En un año tan lejano como el 2002 surgió La Mesa Democrática de Partidos y Sociedad Civil, primer intento por unificar a los sectores democráticos bajo una propuesta que los autores de la iniciativa denominaron "Bases para un Acuerdo de Reconstrucción Nacional".
La iniciativa tuvo, entre otros impulsores, a la politóloga y socióloga María Sol Pérez Schael quien, a partir de aquella propuesta, analiza el largo proceso de consolidación unitaria que hoy vivirá uno de sus momentos estelares.
--¿No fue la primera señal de un agrupamiento, en respuesta a lo que ya se consideraba un gobierno autoritario, la encabezada por actores políticos atípicos como Fedecámaras y la CTV?
-La primera señal de agrupamiento de fuerzas se originó en organizaciones de la sociedad civil: Veedores, asociaciones de vecinos, Asamblea de Ciudadanos y Asamblea de Educación. Pero ninguno tenía experiencia política. Por eso nos acercamos a los partidos. Muchos pensamos que, a pesar de su descrédito, era indispensable que jugaran el rol que les correspondía. Personalmente yo, junto a Emeterio Gómez y Ruth Capriles (de Veedores y de Asamblea de Ciudadanos) hicimos contacto con Henrique Salas Römer, quien acogió nuestras propuestas. En su oficina de los Palos Grandes se realizaron las primeras reuniones entre sociedad civil y partidos. Eso dio origen a La Mesa de Partidos y de la Sociedad Civil. Pero las cosas sucedían demasiado rápido y la angustia de los ciudadanos se condensó en aquellas enormes protestas. Acumulamos fuerza pero sin líderes políticos. En ese contexto aparecen Fedecámaras y la CTV. Surfearon sobre nosotros y buscaron el atajo de la vieja política militarista, método típicamente latinoamericano. Ya conocemos el desenlace: unos militares sacaron a Chávez del poder y otros militares lo volvieron a poner. Fue un arreglo de cuentas entre facciones del Ejército y ambas facciones apelaron al pueblo como excusa.
-Luego vino la Coordinadora Democrática (CD), pero el revés en el referéndum del 2004 produjo su final.
-El referéndum marca un giro, tanto para la oposición como para Chávez. Al acercase la fecha de solicitud del referéndum, la popularidad de Chávez está en el piso y la oposición segura de que puede derrotarlo. En la CD se debatían dos posiciones: una sugería que si se llamaba a un referéndum revocatorio (RR) era para elegir un nuevo presidente. Por tanto, era necesario que la gente identificara un liderazgo capaz de impulsa al RR. Otra posición señalaba que con la Coordinadora era suficiente. Algunos expertos (incluso internacionales) decían que Chávez perdía con cualquiera. Tratando de sacar a la CD de su incapacidad para unirse alrededor de un liderazgo, Salas Römer hizo un acto donde habló de la candidatura. Lo acusaron de cualquier cosa pero tenía razón y mientras la CD insistió en mantener la estructura colegiada, sin liderazgos identificados, Chávez, consciente de su baja de popularidad, vio el peligro que significaba enfrentar a un líder haciéndole oposición. Entonces creó las misiones y atrasó la fecha del referéndum. La CD no pudo contra eso.
-En el 2005 se acordó presentar planchas conjuntas a las parlamentarias y a última hora se deshizo lo alcanzado. ¿Crees que a esa altura todavía se pensaba en una vía distinta a la electoral?
-No. Los partidos siempre han creído en la vía electoral. Es su territorio y en el 2005 ya habían participado en las elecciones regionales de octubre del 2004 (luego de la derrota del RR , en agosto). Se debe entender lo ocurrido en las parlamentarias de 2005 de otra forma. Esas elecciones se producen no sólo después de dos derrotas sino, además, en medio de una intensa campaña (prensa, voceros de organizaciones civiles y políticas) denunciando trampas, contra el CNE. El triunfo de esa campaña hizo que la sociedad civil le quitara la alfombra a los partidos. Fueron los electores quienes decidieron retirarse, nadie quería participar, la gente abandonó a sus líderes. Luego, a sabiendas de que no pasarían de 5%, los partidos abandonaron el terreno con la esperanza de deslegitimar las elecciones. No lo lograron, pero ese es otro asunto.
-En el 2006 se le propone al país la candidatura de Manuel Rosales. Se perdió pero persistió el proceso unitario.
-Debo confesarte que, a partir del 2005, tomé distancia del proceso político. Pero creo que esa candidatura fue similar a la de Arias Cárdenas, es decir, decidida al margen de la sociedad.
-En el 2007 se gana el referéndum sobre la reforma constitucional, pero Chávez convoca la enmienda y logra la reelección indefinida. ¿De qué sirve la victoria si de ella no deriva ningún beneficio?
-Esa victoria fue olímpicamente ignorada por el Gobierno y ello pone de manifiesto, una vez más, que el país vive bajo un régimen que no es propiamente democrático. Sin embargo, gracias a Baduel, tal vez, la gente sabe que esas elecciones se ganaron. Eso indica que los "chavistas" no siempre votan a favor de Chávez, de manera que podrían votar por otro, siempre y cuando les guste. Ese triunfo le aportó a la oposición un criterio de realidad: para ganar no bastan conciliábulos, hay que convencer a la gente. Me parece que ahora con la MUD y con las primarias la oposición está justamente en eso, convenciendo y apelando a la gente.
-¿Ahora que hay chance de ganar, ¿no es más complicado consolidar la unidad?
-La MUD es una evolución positiva y yo diría que milagrosa. Por eso hay que cuidarla. Hasta ahora ha sido respetuosa al ofrecer una plataforma de acuerdos mínimos, permitir que se expresen diversas candidaturas y, sobre todo, hacer posible que la selección de un líder se haga por vía electoral. Pero hay otros factores. El hecho de que un candidato (López) se retire para apoyar a otro es una de las cosas más importantes de esa experiencia. El gesto (que ha molestado a muchos) significó para López reconocer a otro candidato con mejores posibilidades y eso, (otorgar méritos a terceros), no es usual en Venezuela, donde, a veces, impera la mezquindad. Soy positiva: los jóvenes políticos, entre ellos una mujer, que se están exponiendo a unas primarias, transitan un camino distinto al del pasado y es bueno que sean los viejos partidos los que abrieran el camino. Eso significa que están dejando de ser lo que eran.
-¿Es posible ganarle a un candidato que cuenta con respaldo económico formidable, la FAN e instituciones?
-Hay que intentarlo y no perder las esperanzas. Ni el mismo Chávez querrá saber lo que pasaría si se pierden las esperanzas. Un pueblo desencantado es peligroso. Es mejor no tentar al demonio. Si Chávez no lo sabe, sin duda lo están considerando quienes lo respaldan económicamente, las Fuerzas Armadas y las instituciones a su servicio.
-¿Entregaría Chávez?
-No lo sé. Pero ante esa eventualidad hay que prepararse y la única forma de hacerlo es dándole solidez a la candidatura que se proponga. La solidez dependerá del respaldo popular y de la organización. La MUD será más importante mañana que hoy.
-¿Cómo gobernar desde la isla de Miraflores, rodeada por un océano chavista?
-En este país hay venezolanos y en eso debemos pensar. No creo que en el futuro el problema sea el océano del chavismo. La dificultad central es que el país está desencajado. No hay instituciones, solo cascarones. Ese será el gran problema. Gobernar democráticamente un país desestructurado y acostumbrado a responder a la voz del amo..
EL UNIVERSAL