La Casa Blanca condenó enérgicamente los ataques de este domingo contra dos iglesias cristianas en la ciudad keniana de Garissa, que dejaron al menos 17 muertos, y exigió que los responsables sean llevados ante la Justicia por "estos atroces actos".
"Estados Unidos condena enérgicamente los recientes ataques contra civiles inocentes que asistían a servicios religiosos en Kenia (...) los responsables de estos ataques han demostrado que no respetan la vida y la dignidad humana, y deben ser llevados ante la Justicia por estos atroces actos", dijo en un comunicado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
"En un período de transición, la paz y estabilidad son clave para el progreso de Kenia. Apoyamos a quienes reconocen que la diversidad étnica y religiosa de Kenia es uno de sus puntos más fuertes", agregó.
Hombres encapuchados irrumpieron con armas de fuego y granadas en la Iglesia Católica y la Iglesia Interior de África (AIC) de la localidad de Garissa, en la provincia Noreste de Kenia, a un centenar de kilómetros de la frontera somalí y del campo de refugiados de Daabad, causando al menos 17 muertes.
En tanto, el Vaticano calificó los atentados contra dos iglesias cristianas como actos "viles, hechos horribles y preocupantes".
"Los sangrientos atentados en Kenia, en la ciudad de Garissa, contra dos iglesias cristianas, entre ellas la catedral católica, durante el rezo dominical son un hecho horrible y muy preocupante", afirmó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
El jesuita agregó que "parece" que entre los grupos terroristas atacar a los cristianos reunidos los domingos en los lugares de culto se ha convertido "en un método particularmente eficaz para la difusión del odio y del miedo".
"La vileza de la violencia contra personas inermes reunidas pacíficamente para rezar es incalificable", subrayó Lombardi.
EFE