La refinería de Amuay, la mayor de Venezuela, detuvo este martes el flexicoquer que elabora derivados terminados tras detectar una fuga en una línea de alta temperatura, informó el jefe del sindicato de la planta con capacidad de 645.000 barriles por día.
Amuay, que junto a la vecina Cardón integra el Centro Refinador Paraguaná (CRP), opera a media capacidad desde un severo accidente ocurrido en agosto que paralizó casi completamente la planta por una semana y dejó más de 40 muertos y graves daños de infraestructura.
"Hubo una fuga en una línea de transferencia del gasificador al reactor del flexicoquer", dijo Iván Freites, presidente del sindicato del CRP.
El flexicoquer, con una capacidad de procesamiento de unos 70.000 bpd, fue sometido a trabajos de mantenimiento mayor programado a principios de año.
Trabajadores de Amuay explicaron que la falla ocurrió al reportarse bajo espesor en la transferencia de coque líquido a través de una tubería que transporta el producto a altas temperaturas.
"El flexicoquer es la unidad más delicada del CRP. La reiniciaron después de la explosión (de agosto), pero cualquier falla en el reactor lleva a su parada", agregó Freites.
Debido a la paralización del flexicoquer, operadores de la planta planean incrementar el procesamiento de la unidad de coquefacción retardada, que antes del incidente estaba produciendo unos 15.000 bpd de derivados livianos.
Petróleos de Venezuela (PDVSA) confirmó la falla y dijo que ofrecería detalles luego.
El ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, dijo a Reuters este mes que Amuay normalizará sus operaciones a finales de diciembre, una vez que sean reemplazadas las piezas de una unidad de destilación que resultó dañada por la explosión de este año, la cual además consumió nueve tanques de combustibles.
Por otra parte, la refinería Isla operada por PDVSA en Curazao culminó la semana pasada el reinicio de su unidad de craqueo catalítico que llevaba cuatro meses paralizada, lo que contribuiría a incrementar la endeble producción de derivados terminados de la estatal.
Pero para poder mantener el craqueador en pie, PDVSA tuvo que detener otras plantas, por lo que Isla opera actualmente a un tercio de su capacidad de 335.000 bpd.
La crisis en el circuito de refinación de PDVSA, que ocurre tras la explosión de Amuay y una seguidilla de incendios y fallas este año, ha promovido una disminución en la exportación de derivados del país miembro de la OPEP, que no está vendiendo productos en el mercado ocasional.
TERRA