Madrid, 26 abr (EFE).- La economía española caerá este año el 1,3 %, frente al 0,5 por ciento previsto, sólo comenzará a crecer en 2014, y el desempleo, la cara más dramática de la crisis en el país, seguirá en niveles cercanos al 25 % aún en 2016.
Así lo reconoció hoy el Gobierno español, en la conferencia de prensa posterior a su reunión semanal, en la que el ministro de Economía, Luis de Guindos, situó el objetivo de déficit para 2013 en el 6,3 por ciento, superior al 4,5 por ciento previsto.
En un contexto de grave crisis, y tras conocerse ayer el dato de desempleo del 27,1 % de la población activa, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó que ello "obliga a trabajar aún más en el crecimiento económico para reducir los desequilibrios", por lo que el Consejo de Ministros aprobó nuevas reformas estructurales para la consolidación de las cuentas públicas.
La vicepresidenta afirmó que no habrá "alteraciones en los grandes ejes" de política económica que se planteó el Gobierno conservador del Partido Popular desde su llegada al poder hace año y medio.
Los datos expuestos figuran en la actualización de las previsiones macroeconómicas recogidas en el Programa de Estabilidad aprobado hoy por el Gobierno de Mariano Rajoy, y que remitirá a la Unión Europea.
Según De Guindos, en 2014 comenzará la recuperación de la economía española y la salida de la recesión, pues se logrará un crecimiento positivo del 0,5 %, que será del 0,9 % en 2015 y del 1,3 % en 2016.
En cuanto al objetivo de déficit, el saldo negativo para el año próximo queda fijado en el 5,5, y bajará hasta el 4,1 % en 2015, mientras que en 2016 será del 2,7 %, es decir, con un retraso de dos años respecto a los topes marcados por Bruselas.
Poco después, el portavoz de la Comisión Europea Olivier Bailly adelantó, en un comunicado, que Bruselas considera "coherente" ampliar hasta 2016 el plazo dado al Gobierno español para reducir el déficit por debajo del 3 % del PIB, aunque subrayó que la decisión final se anunciará el 29 de mayo.
Sin embargo, y pese a las mejoras macroeconómicas logradas por España y que se han traducido en una fuerte reducción de la prima de riesgo y una mayor capacidad de financiación exterior, tanto la vicepresidenta como el ministro de Economía reconocieron que falta mucho para que estos avances se traduzcan en la economía real.
Y es que el Ejecutivo, que tras su llegada al poder aprobó una polémica reforma laboral con el objetivo de reducir el paro, admitió que la tasa de desempleo se reducirá solo al 26,1 por ciento el año que viene, al 25,8% en 2015, y al 24,8 % en 2016.
Según explicó el ministro de Economía, se trata de establecer un "escenario realista" para los próximos años, sobre la base de un peor contexto económico internacional y en línea con las revisiones de organismos como el Fondo Monetario Internacional o la Comisión Europea.
En la conferencia de prensa, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría aseguró que gracias al esfuerzo hecho por el Gobierno para reducir el déficit estructural y a los ajustes aprobados en 2012, en estos momentos es posible no pedir mayores "sacrificios" a los españoles.
Anunció que no se subirán de nuevo los grandes impuestos, como son el que grava las rentas de las personas físicas (IRPF) o el del valor añadido (IVA), que ya sufrieron fuertes alzas el pasado año.
Sin embargo, respecto al primero, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció que la subida acordada para los ejercicios 2012 y 2013 se mantendrá también en 2014.
"Suprimiremos el gravamen especial del IRPF en 2015, antes no es factible", dijo el ministro.
Montoro anunció que se revisarán algunos impuestos especiales, y aunque descartó una subida sobre el de hidrocarburos, no quiso precisar si podría tratarse, por ejemplo, de los del tabaco, alcohol, o electricidad.
También se estudiará la creación de nuevos impuestos medioambientales "con arreglo a criterios de convergencia europea en el ámbito de la fiscalidad medioambiental"