Los mercados nipones vivieron este viernes una jornada histórica gracias al cambio de política monetaria del Banco de Japón que pretende sacar al país de la deflación que dura ya 15 años.
El índice estrella de la Bolsa de Tokio, el Nikkei 225, subió 1,58% y cerró a su nivel más alto desde el 1 de septiembre de 2008, antes de la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers y la crisis financiera internacional.
Al inicio de los intercambios, la Bolsa llegó a subir cerca del 5%, pero la toma de beneficios redujo después las ganancias.
Señal de la excitación de los agentes bursátiles, se intercambiaron 6.450 millones de acciones, algo sin precedentes desde la creación del parqué tokiota en 1949. Ni siquiera en el peor momento del pánico que suscitaron el terremoto, el tsunami y el accidente nuclear de Fukushima del 11 marzo 2011 fue tan alto el volumen.
El miércoles y jueves, el Banco de Japón (BOJ) celebró su primera reunión de política monetaria desde la llegada del nuevo gobernador, Haruhiko Kuroda, y sorprendió al mercado al anunciar un cambio drástico de dirección.
La entidad decidió duplicar la base monetaria (el dinero líquido y las reservas obligatorias de los bancos) en dos años, para ayudar a la tercera potencia económica mundial para salir de la deflación, la caída de los precios, un fenómeno pernicioso para la economía.
Para ello, va a comprar masivamente deuda del Estado en el mercado secundario, así como títulos de mayor riesgo apalancados al sector inmobiliario y fondos cotizados en Bolsa.
Las acciones de los valores bancarios e inmobiliarios se han aprovechado de este anuncio, que se traducirá en financiación fácil.
"Las acciones japonesas están infravaloradas desde hace tiempo, por lo que estas subidas son justificadas", explicó a la AFP Daisuke Uno, del banco Sumitomo Mitsui.
La perspectiva de este flujo de liquidez en el circuito ha supuesto una nueva depreciación del yen, que ya había caído en los últimos meses después de alcanzar niveles históricos en el año pasado.
El euro ha ganado cerca del 5% en 24 horas ante el yen, cuya devaluación de hecho favorece la competitividad de los grupos exportadores nipones. En consecuencia, las acciones de los fabricantes de automóviles, Toyota, y de productos electrónicos, Sharp, han aumentado exponencialmente.
Los bonos del Estado a diez años se vendían en el mercado secundario como pan caliente, y su tipo de interés cayó al 0,315%, su nivel más bajo de la historia.
El primer ministro de derecha, Shinzo Abe, ha aplaudido el viernes las medidas del BoJ adoptadas bajo la égida de Kuroda, al que eligió para ayudar a redinamizar la economía nipona que acaba de salir de la recesión.
El entorno de los negocios se ha mostrado también satisfecho. "Es cierto que hay que golpear fuerte para sacar a Japón de la deflación que le socava desde hace más de una década", subrayó en un editorial el diario económico Nikkei, que sin embargo destaca los riesgo de este salto hacia lo desconocido.
Algunos economistas se han mostrado escépticos. Ryutaro Kono, del BNP Paribas, considera que es "difícil alcanzar en dos años el 2% de la inflación deseada".
"La eficacia únicamente de la política monetaria en la expansión de la economía real tiende a diluirse" y el crecimiento de las inversiones productivas al calor de la caída de los tipos de interés no bastará para relanzar la máquina, dice Kono.
Muchos expertos esperan que Abe presente las reformas estructurales prometidas para aumentar el potencial de crecimiento, que hasta ahora ha fomentado con medidas exclusivamente presupuestarias.
Los analistas advierten también del riesgo de "burbuja" ante la reacción eufórica de los mercados a las decisiones del BOJ, aunque Kuroda lo rechaza de plano. AFP