Investigadores estadounidenses han identificado un síndrome similar a la polio en un grupo de cinco niños de California. «Aunque el virus de la polio ha sido erradicado de la mayor parte del globo, otros virus pueden también dañar la médula espinal, provocando un síndrome similar», asegura el científico de la Universidad de Stanford Keith Van Haren, autor de un estudio que se presentará en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología, que tendrá lugar entre los próximos 26 de abril y 3 de mayo en Filadelfia.
«En la pasada década -explica el investigador-, deformaciones recientemente identificadas de enterovirus han sido vinculadas a brotes parecidos a la polio entre niños en Asia y Australia. Estos cinco nuevos casos ponen de manifiesto la posibilidad de que esté emergiendo un síndrome infeccioso parecido a la polio en California», señala.
La poliomielitis o polio es una enfermedad contagiosa que puede causar parálisis. En los años 50, Estados Unidos sufrió una epidemia de polio hasta que se introdujo una vacuna.
Anomalías en la médula espinal
Según Van Haren, él y sus colegas detectaron varios de estos casos en sus centros médicos y decidieron buscar casos similares en California. Revisaron casos de niños con parálisis en uno o más miembros y con anomalías en la médula espinal que explicaran esa parálisis.
Los cinco niños analizados padecían parálisis de uno o más brazos o piernas que apareció de forma repentina y que alcanzó su mayor gravedad en tan solo dos días. Tres de los niños tenían una enfermedad respiratoria antes de que los síntomas comenzaran. Por otra parte, todos habían sidopreviamente vacunados contra el virus de la polio.
Los niños fueron tratados, pero sus síntomas no mejoraron y siguieron con escasa movilidad en los miembros afectados después de seis meses. Dos niños dieron positivo en la prueba de enterovirus-68, un extraño virus previamente asociado con los síntomas parecidos a la polio. No se identificó la causa en los otros tres niños.
«Nuestros descubrimientos tienen importantes implicaciones para el seguimiento, evaluación y tratamiento de la enfermedad», asegura Van Haren. Subraya, no obstante, que estos síntomas parecen «muy, muy extraños» y recomendó que en cuanto un padre vea síntomas de parálisis en un niño, lo lleve al médico.