Atrás quedaron los viejos roces del pasado, las violaciones a territorios y discrepancias en modos de gobernar. Este lunes Ecuador fungirá como el mediador de paz en el conflicto entre Venezuela y Colombia, tras el cierre de frontera que decretara el presidente Nicolás Maduro luego de un enfrentamiento que ocurriera en el Táchira con un saldo de tres personas heridas.
La medida fue el tapón momentáneo a una crisis que ha invadido a Venezuela por décadas, proveniente de la entrada de manera ilícita de colombianos al país que desarrollan actividades que han perjudicado la economía nacional, a través del contrabando de extracción de alimentos y de uno de los recursos más baratos que ofrece Venezuela en el mundo, la gasolina.
Este impase, subsanado en marzo de 2008 durante la XX Cumbre de Río, sirvió para calmar las aguas y cerrar un ciclo tórrido en este triángulo de naciones que comparten fronteras y en algunos casos un pensamiento común.Hoy, Ecuador en la figura de Rafael Correa, quien también ocupa la presidencia pro témpore de la Celac, juega como un árbitro de paz entre estas naciones, al igual que una vez Hugo Chávez apostó a la reconciliación sobre países cuando se generó una escalada de tensión desencadenada por la incursión militar unilateral de Colombia en territorio ecuatoriano, para bombardear un campamento de la guerrilla de las Farc.
De aquel simbólico apretón de manos que hiciera el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez de manos a su homólogo Rafael Correa, queda un recuerdo de saber que las cordialidades entre países pueden existir y se pueden resolver diferencias de cualquier naturaleza.
Con el pensamiento fijo en demostrar al mundo que la región del Sur tiene autonomía e interés para mantenerse unida, se da un encuentro que ha sido esperado y gestionado para brindar paz a América Latina.
En Quito se prepara todo para que este encuentro “face to face” de Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos pueda realizarse en un ambiente cordial y encaminado a resolver el conflicto central que es la manera de atacar la incursión paramilitar en Venezuela, al igual que la revisión de medidas que permitan acabar del contrabando hacia Colombia de los productos nacionales.
Encuentros y desencuentros en el tema de la frontera, las diversas aristas de un mismo problema
Ecuador y también Uruguay que actualmente ejerce la presidencia pro témpore del a Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) respectivamente, promueven el acercamiento entre Colombia y Venezuela desde el inicio de estas tensiones.
Con este espíritu de conciliación las cancilleres de Colombia, María Ángela Holguín, y de la Venezuela, Delcy Rodríguez, se han reunido en un par de ocasiones para hablar sobre la medida que afecta a miles de personas.
Sin embargo, los encuentros habían concluido sin un acuerdo para una reunión entre Santos y Maduro, con la meta de bajar la tensión diplomática que desató la decisión de cerrar puntos fronterizos en el mes de agosto.
Desde entonces, se habla de 1.482 colombianos deportados y casi 20.000 que han retornado, según cifras de la ONU.
Las diferencias entre ambos países se agudizaron luego del llamado a consultas de los respectivos embajadores, aunado a la tensión de supuestas denuncias de violación del espacio aéreo hechas por el gobierno colombiano y desestimadas por Venezuela.
La frontera colombo-venezolana, un hervidero de situaciones al extremo, actualmente se encuentra cerrada y bajo Decreto de Estado de Excepción por los estados Táchira, Zulia y Apure, lo que ha ocasionado una serie de reacciones tanto positivas como negativas en este hecho, sin embargo, la raíz del problema que radica en el flujo del contrabando hacia Colombia se mantiene y la apuesta está en el interés que tengan ambas naciones en solucionarlo.
