Los disturbios ocurridos en el penal de Topo Chico en Monterrey, México, en que murieron al menos 49 personas y 12 resultaron heridas, subraya la urgencia de hacer frente a las deficiencias en las condiciones de detención en varios centros penitenciarios en ese país.
Así lo afirmaron este viernes las oficinas de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ONU-DH).
Un comunicado emitido en conjunto subraya que los hechos reflejan la grave situación carcelaria en el país, la cual combina violaciones de los derechos humanos y debilidades de las políticas de rehabilitación.
También denota que las penitenciarías se están convirtiendo en lugares que, de hecho, sirven para reclutar a miembros de organizaciones delictivas, dice el documento.
Los organismos pidieron hacer frente a ese reto y consideraron fundamental cumplir con la obligación del Estado de proteger la vida de las personas privadas de libertad.
Por otra parte, llamaron a las instituciones involucradas a analizar las causas que dieron origen a los incidentes en Topo Chico y exhortaron a las autoridades a prevenir situaciones similares en el futuro, así como a investigar y procesar a los responsables.