El Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, que cumple 10 años este sábado 30, no sólo ha supuesto acuerdos y logros en importantes áreas como salud, educación, deporte, ciencia, energía, agricultura o comercio, en lo que a cultura se refiere, sino que los avances también han ido calando poco a poco donde más hacía falta: en espacios y comunidades desasistidas.
Desde que el Gobierno bolivariano creó la Misión Cultura, en 2006, con el propósito de preservar los valores culturales y la identidad nacional, a través de programas de formación académica junto al apoyo de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (Uners) y el convenio con Cuba, los resultados positivos se han multiplicado.
"Una revolución sin cultura no es revolución, y el pueblo quiere que se avance en lo cultural. Es nuestro deber como gobernantes escuchar al pueblo y atender sus problemas en la cultura", dijo el ministro Francisco Sesto en la graduación, en julio pasado, de un grupo de 2.044 licenciados en Educación, mención Cultura.
El programa académico de la Uners está diseñado para una actividad sin muros, directamente vinculada a la vida de cada parroquia y cada municipio del país, donde los activadores y demás miembros de la comunidad establecen proyectos en beneficio del desarrollo cultural.
Así, están varias modalidades de estudio que abordan las artes y tradiciones: talleres, diplomados, pregrado (Licenciatura en Educación, Mención Desarrollo Cultural) y postgrado (Pensamiento Crítico y Desarrollo Cultural Endógeno).
Según datos de la Misión, se han incorporado a nivel nacional más de 18.000 activadores, de los que han sido promovidos más de 5.800.
Adicionalmente, en julio pasado egresaron 2.044 en una primera fase y en noviembre saldrán 1.000 más como parte de la segunda fase. Los demás continúan en proceso de formación.
"La idea es tener como norte la cultura y la transformación de las comunidades. La formación académica lo que hace es darle herramientas para atacar los problemas de manera sistemática y científica", ha señalado el presidente de Misión Cultura, Andrés Rodríguez.
Además, los egresados se incorporan de manera inmediata a la Misión Cultura Corazón Adentro, lanzada en abril de 2008 por el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, y conocida como el músculo del brazo comunitario de la Misión Cultura Académica, dado que fue concebida como una plataforma dentro de las comunidades y parroquias de todos los estados del país.
Uno de los aspectos que ha destacado Rodríguez sobre este programa es la incorporación de un importante contingente de activadores culturales en los pueblos indígenas, que sufrieron por años el intento de ocultar sus tradiciones, su lengua, su danza y que, paulatinamente, con la revolución, han ido recuperando sus elementos e incluso actualmente promueven la realización de un diccionario de sus dialectos.
Para el jefe de este programa en el Distrito Capital, el cubano Alejandro Guzmán, ha sido muy significativo el convenio entre Cuba y Venezuela, dado que ha generado un intercambio de especialistas, agrupaciones culturales y artistas que ha beneficiado a ambos países.
"Han habido acciones en la discografía, en el cine, los libros. Actualmente, producto del convenio, están en Venezuela 1.300 colaboradores, artistas profesionales y especialistas en la cultura comunitaria, trabajando fundamentalmente en zonas donde no llegaba nadie (...) 2011 marcará un salto en el perfeccionamiento de este mecanismo", enfatizó.
Asimismo, Guzmán resaltó como un mínimo ejemplo que producto de este intercambio, en la música cubana ya se siente la huella de la música venezolana, con la incorporación de clases de cuatro en la isla.
Por otra parte, el consejero económico de la embajada de Cuba en Venezuela, Francisco Alfonzo, señaló que el convenio ha cumplido sus objetivos esenciales, que han estado dirigidos en primer lugar hacia los sectores populares para llevarles educación, cultura, salud y deporte.
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