Trabajadores de la empresa de propiedad social (EPS) Gran Mariscal de Ayacucho, procesadora de atún en Cumaná, estado Sucre, se sienten más estables en el área laboral por la mejora de los beneficios y el acercamiento a proyectos educativos para proseguir estudios, con miras a la superación personal y por una mejor calidad de vida.
El supervisor del área de higiene y saneamiento de la planta, antigua fábrica capitalista, José Rengel, manifestó que la transformación de la empresa a una de propiedad social permitió mejorar las condiciones laborales y personales de todos los trabajadores. “Aquí lo que tenemos es una cadena de beneficios, misiones educativas para grandes y pequeños, mercales y pdvales, banca pública que atiende con conciencia a los más necesitados y la esperanza firme de tener una vivienda digna”.
La antigua Fábrica de Exquisiteces de Atún (Fextun), hoy unidad de propiedad social Gran Mariscal de Ayacucho, es uno de los bienes intervenidos por el Estado venezolano, que pertenecía al banquero Ricardo Fernández Barrueco, accionista mayoritario de cuatro de las instituciones bancarias intervenidas en noviembre de 2009 (Bolívar Banco, Confederado, Banpro y Banco Canarias) por incurrir en actividades ilegales que perjudicaron a cientos de miles de ahorristas.
En EPS Gran Mariscal de Ayacucho laboran en la actualidad 602 personas, entre hombres y mujeres, quienes están en nómina fija con todos los beneficios.
Cambios positivos en la empresa
Rengel, con tres años en la empresa, notó los cambios: “Son positivos porque antes no nos tomaban en cuenta como trabajadores; pero ahora sí, tenemos un rol protagónico, en socialismo predomina la igualdad, hay participación y tomamos decisiones para el progreso de la planta”.
Con la llegada de las misiones educativas a la empresa, muchos trabajadores pudieron continuar con sus estudios. “Curso la carrera de agroalimentación en la Misión Sucre, en un salón ubicado dentro de la planta. Al terminar mi jornada laboral acudo a mis clases, y a la salida nos espera un transporte que nos traslada a nuestros hogares”, comentó.
Rengel confirmó que la transformación a una empresa socialista les permitió mejorar sus condiciones de trabajo, además de la eliminación de la mano de obra tercerizada que antes agrupaba a más de 500 compañeros.
El vocero principal del Consejo de Trabajadores de la EPS Gran Mariscal de Ayacucho, José Betancourt, también recalcó los cambios que viven tras la recuperación de la empresa por parte del Gobierno nacional, desde diciembre de 2009.
Betancourt, padre de dos hijos, destacó la mejora de los sueldos “y ahora sí que toman en cuenta la experiencia laboral y el grado de instrucción, lo cual nos obliga a integrarnos con más fuerza al estudio”.
En cuanto al tema del bono de alimentación, dijo que antes, cuando estaban estaban tercerizados, percibían mucho menos dinero que el cobrado por el personal fijo. “A diferencia de ahora, cuando existe igualdad en el cobro de cesta tickets. Cobramos por igual el mismo beneficio”.
Añadió que realizan trabajos comunitarios, como el ejecutado en días recientes en las adyacencias de la empresa, en el sector El Dique de Cumaná, con apoyo de las comunidades organizadas: “Esta es una actividad muy bonita que nos permite conocer a los vecinos de la fábrica y compartir con ellos muchas cosas”.
“Considero esto como otro logro, porque la comunidad organizada está viendo que la empresa los está tomando en cuenta”, dijo.
En el área de limpieza del atún está Mary Fernández, quien dijo: “Me siento espectacular porque los cambios han sido muy buenos y con beneficios que antes no teníamos; como por ejemplo, cuando la planta estaba en manos privadas, no teníamos puesto fijo, los llamados tercerizados, pero actualmente nos entendemos directamente con la empresa”.
Fernández, con cinco años en la empresa, agregó que ahora siente seguridad laboral y vive tranquila al lado de sus tres hijos, a quienes también les llegan los programas sociales: el más pequeño recibió su mini computadora y ya la llevo a la casa. “Esas que llaman canaimita”.
Convenio de cooperación Venezuela-Ecuador
El coordinador general de la empresa, Ricardo Moreno, expresó que se mejoraron las condiciones de vida de todos los que laboran en la EPS Gran Mariscal de Ayacucho, quienes se sienten motivados tras la intervención del Gobierno Revolucionario.
Mediante un convenio suscrito entre Venezuela y Ecuador se fortalecen los lazos de cooperación para mejorar los niveles de calidad y producción en la planta atunera, con el fin de “llevar al pueblo productos de excelencia, como lo hemos venido haciendo, pero queremos que sean cada vez mejores”.
Explicó que actualmente en la empresa hay tres ecuatorianos prestando asesoría en materia de producción, control de calidad y mantenimiento de las máquinas.
Estos expertos asesoran a unos 20 trabajadores en el área de llenado, donde se envasa el atún, que es una de las áreas más difíciles debido al desgaste que sufren los equipos.
“Los compañeros que vinieron de Ecuador están prestando a los trabajadores las herramientas del conocimiento, para que aprendan cómo darle mantenimiento a las máquinas y cómo operarlas para aumentar su vida útil”, acotó.
Más producción diaria
Respecto a los niveles de producción, dijo que cumplen con una cuota de aproximadamente 8.500 cajas diarias.
En los primeros seis meses del año se logró una producción de 4.608 toneladas de atún, así como el despacho de 811.000 cajas a través de las redes de distribución de alimentos del Estado, Mercal y Pdval, y algunas unidades de comercialización privadas.
Gobierno anuncia intervención de la empresa
El pasado 11 de diciembre de 2009, el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, encomendó a los ministros Ricardo Menéndez, de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias; y Félix Osorio, titular de la cartera de Alimentación, a conformar un equipo interventor para que, en conjunto con los trabajadores, eleve el potencial que tenía instalado Fextun, mejorando la operatividad y las condiciones laborales.
Desde ese entonces se instaló una junta interventora presidida por Ricardo Moreno, quien conjuntamente con los trabajadores ha hecho posible humanizar bajo las premisas del proceso laboral socialista las condiciones de trabajo que no disfrutaban los empleados de la empresa.
Los trabajadores de la antigua Fextun gozan de una estabilidad laboral y social que dignifica su entorno personal y humano, lo que les permitió dejar de ser simples máquinas de explotación capitalista para transformarse en trabajadores socialistas.
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