Los populares clubes argentinos de fútbol River Plate y Boca Juniors, hermanados por sendas crisis que los alejaron de los primeros puestos, se medirán el martes para cerrar la decimocuarta fecha del Torneo Apertura-2010 en un superclásico devaluado.
Situados por debajo de la mitad de la tabla, ni River ni Boca están en condiciones de pelear por el título del campeonato que tiene como protagonistas a Vélez Sarsfield y Estudiantes de La Plata, que les llevan más de una decena de puntos de ventaja.
Peor aún es el panorama por el lado de River, que empezó la temporada en situación de riesgo en la lucha por el descenso, a causa del mal promedio por las pobres campañas de los dos años anteriores, y todavía no consigue remontar una cuesta empinada.
River había empezado el certamen con buenos resultados, pero el equipo nunca terminó de mostrar un funcionamiento convincente, y a medida que pasaron las fechas el nivel general decayó ostensiblemente hasta llegar a la serie actual de siete partidos sin triunfos.
La mala racha derivó en el alejamiento del entrenador Angel Cappa, que había llegado por impulso del presidente Daniel Passarella, ex jugador y ex DT de River, pero que se quedó sin respaldo tras la derrota frente al modesto All Boys en la decimotercera fecha.
Cappa, que ya estaba caminando sobre una cuerda floja, terminó de caer ante el temor de los dirigentes de sufrir una derrota estrepitosa ante Boca, y señaló en su despedida: "Hice todo lo posible. Me voy con bronca, pero son cosas del fútbol. Igual, dentro de dos meses nadie se acordará de mí".
Juan José López, otro ex jugador de los "Millonarios" y que estaba trabajando con los juveniles, tomó de manera interina el puesto de director técnico y según los resultados que obtenga podría quedarse hasta el final del campeonato.
Del otro lado no es mucho mejor la situación, porque el club de la Rivera no corre riesgo de descender, pero sí podría quedarse sin entrenador, ya que Claudio Borghi renunció, según algunas fuentes, al menos dos veces durante el Apertura sin que se le aceptara la salida, agobiado porque los resultados estuvieron por debajo de lo que se esperaba.
Llegado hace cinco meses desde Argentinos Juniors, entonces el flamante campeón del Clausura-2010, Borghi quedó rápidamente atrapado por la vorágine de un equipo popular que exige rendimiento y resultados inmediatos, pero en cambio los "xeneizes" se despidieron de la lucha por el título tras un pésimo arranque de campeonato.
Las dudas y la inseguridad que rodean a Borghi en las últimas semanas también se trasladaron a los jugadores y el técnico no dudó en desplazar al arquero Cristian Lucchetti, llegado a Boca por pedido del propio DT, por unas conversaciones levantadas de tono, además de cambiar el sistema de juego que más le gusta para tratar de evitar otro resultado negativo.
Con todas estas urgencias a cuestas, River y Boca animarán el martes desde las 7:00 P.M locales (5:30 P.M hora venezolana) un superclásico extraño, en el que el ganador apenas tendrá un poco de alivio en medio de un año para el olvido, y el derrotado sufrirá otro cimbronazo que agravará los problemas que arrastra.
Boca contaría entre los titulares con el estelar Juan Román Riquelme, y por River podría jugar el experimentado Ariel Ortega, mientras que no estarán el chileno Gary Medel entre los auriazules ni el peruano Josepmir Ballón por el lado de la banda roja, ya que ambos están afectados a sus respectivas selecciones.
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