La doble moneda que circula en Cuba está en la picota: la gente pide que su unificación sea incluida en las reformas del mandatario Raúl Castro para bajar el costo de vida, pero el Gobierno advierte que antes debe mejorar la economía.
El tema es una de los más reiterados en las asambleas de centros laborales y fábricas, un proceso iniciado el 1 diciembre y que concluye el 28 de febrero en el que los cubanos discuten las medidas que debe ratificar el VI Congreso del Partido Comunista (PCC, único), en abril próximo.
“Yo gano 405 pesos como bióloga en un acuario, que son 17 dólares (salario promedio en Cuba). No tengo familia afuera, nadie me manda (dinero), con eso no puedo comprar a mis hijos zapatos para la escuela, que cuestan como 15 dólares, sin hablar de otras cosas”, dijo Josefina Meléndez de 40 años, en la reunión de su barrio de la Víbora, en La Habana.
En Cuba circulan el peso cubano corriente (CUP) y el peso convertible (CUC), con una paridad de 25 a uno. Canasta básica de alimentos, alquileres, transporte, medicamentos y algunos espectáculos públicos se pagan en CUP, que es el que manejan los cubanos porque los salarios son en esa moneda, en tanto que la salud y la educación son gratuitas.
No obstante, la canasta básica es racionada y solo alcanza para 15 días, por lo que hay que comprar muchos productos en las tiendas a altos precios en CUC, y además, mecánicos, plomeros, albañiles, carpinteros y otros servicios particulares se cobran en esa moneda, lo que hace alto el costo de la vida.
“Hay que terminar con eso, llevamos mucho tiempo así. El problema no es que unos vivan mejor que otros, es que los que no tenemos dólares también tenemos que vivir”, añadió Meléndez.
Ella, como muchos cubanos, habla de “dólares” cuando se refieren a CUC, pese a que el Gobierno sacó en 2004 de circulación la moneda del “enemigo”, que había autorizado en 1993 -en paridad uno-uno con el CUC- para ayudar a paliar la crisis económica tras la caída del bloque soviético.
El tema es una de los más reiterados en las asambleas de centros laborales y fábricas, un proceso iniciado el 1 diciembre y que concluye el 28 de febrero en el que los cubanos discuten las medidas que debe ratificar el VI Congreso del Partido Comunista (PCC, único), en abril próximo.
“Yo gano 405 pesos como bióloga en un acuario, que son 17 dólares (salario promedio en Cuba). No tengo familia afuera, nadie me manda (dinero), con eso no puedo comprar a mis hijos zapatos para la escuela, que cuestan como 15 dólares, sin hablar de otras cosas”, dijo Josefina Meléndez de 40 años, en la reunión de su barrio de la Víbora, en La Habana.
En Cuba circulan el peso cubano corriente (CUP) y el peso convertible (CUC), con una paridad de 25 a uno. Canasta básica de alimentos, alquileres, transporte, medicamentos y algunos espectáculos públicos se pagan en CUP, que es el que manejan los cubanos porque los salarios son en esa moneda, en tanto que la salud y la educación son gratuitas.
No obstante, la canasta básica es racionada y solo alcanza para 15 días, por lo que hay que comprar muchos productos en las tiendas a altos precios en CUC, y además, mecánicos, plomeros, albañiles, carpinteros y otros servicios particulares se cobran en esa moneda, lo que hace alto el costo de la vida.
“Hay que terminar con eso, llevamos mucho tiempo así. El problema no es que unos vivan mejor que otros, es que los que no tenemos dólares también tenemos que vivir”, añadió Meléndez.
Ella, como muchos cubanos, habla de “dólares” cuando se refieren a CUC, pese a que el Gobierno sacó en 2004 de circulación la moneda del “enemigo”, que había autorizado en 1993 -en paridad uno-uno con el CUC- para ayudar a paliar la crisis económica tras la caída del bloque soviético.
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