Los beneficios de los gigantes mundiales del sector minero se dispararon de forma espectacular en 2010, gracias a la fuerte subida de los precios de las materias primas, impulsados por el frenético crecimiento en el continente asiático.Las cotizaciones de numerosas materias primas, especialmente los metales industriales como el cobre o el estaño, así como los metales preciosos (oro, plata), van de récord en récord desde hace varios meses, apoyados en una serie de factores positivos.
Contribuyen a ello el fuerte crecimiento de los paises emergentes -China en especial-, la recuperación económica en los países industrializados, los factores que tienden a limitar la oferta, como las recientes inundaciones en Australia, así como la creciente atracción por las inversiones en recursos naturales, consideradas muy rentables.
Este aumento de precios, generador de inflación, es un rompecabezas para los industriales, consumidores y bancos centrales del planeta. Pero, al mismo tiempo, es sinónimo de inéditos beneficios para las compañías mineras, que exhiben todas resultados excepcionales en 2010, tras una ejercicio 2009 lastrado por la crisis.
El gigante anglo-australiano Rio Tinto y el anglo-sudafricano Anglo American triplicaron sus beneficios anuales, a 14.300 millones y 6.500 millones de dólares respectivamente. El grupo suizo Xstrata multiplicó por siete sus beneficios, hasta 4.700 millones de dólares.
Comparados con éstos, los resultados en 2010 del líder mundial el anglo-australiano BHP Billiton parecen casi mediocres, con una alza de su beneficio de 'solamente' 72%, hasta 10.500 millones.
Los otros grupos del sector, desde el brasileño Vale, primer productor mundial de mineral de hierro, hasta el kazajo ENRC y el chileno Antofagasta también deben exhibir resultados brillantes en las próximas semanas.
Estos ingresos deberían permitir a estos grupos aumentar sus inversiones en los próximos años, para poder hacer frente de mejor manera a la demanda, pero también multiplicar los dividendos a sus accionistas.
Así, BHP reveló un programa de compra de sus propias acciones por 10.000 millones de dólares, mientras Rio Tinto lanzó otro por un importe de 5.000 millones.
Además, estos colosales beneficios podrían alimentar el movimiento de fusiones y adquisiciones en el sector, cuya actividad se recuperó espectacularmente el año pasado tras haber estado paralizado por la crisis.
En fin, aunque los expertos no descarten a corto plazo el riesgo de una corrección a la baja de los precios de las materias primas -- debido a los esfuerzos de China para reducir su desenfrenado crecimiento --, los gigantes mineros siguen creyendo que las perspectivas seguirán siendo globalmente positivas.
Esa opinión es compartida por Jonathan Jackson, de la sociedad de corretaje Killik.
Según él, "el sector se beneficiará a largo plazo de una creciente demanda de materias primas, impulsada por el aumento de la población y por la urbanización" en los países emergentes, y al mismo tiempo de una oferta limitada. Además, a medio plazo, invertir en el sector permitirá a los operadores resguardarse contra la inflación.
Por su lado, los analistas de Deutsche Bank consideran que el endurecimiento de la política monetaria en China, destinada a frenar el crecimiento del país, sólo tendrá un modesto impacto. Con ello, "se limitarían los eventuales efectos negativos sobre las cotizaciones" de las materias primas, añaden.
Contribuyen a ello el fuerte crecimiento de los paises emergentes -China en especial-, la recuperación económica en los países industrializados, los factores que tienden a limitar la oferta, como las recientes inundaciones en Australia, así como la creciente atracción por las inversiones en recursos naturales, consideradas muy rentables.
Este aumento de precios, generador de inflación, es un rompecabezas para los industriales, consumidores y bancos centrales del planeta. Pero, al mismo tiempo, es sinónimo de inéditos beneficios para las compañías mineras, que exhiben todas resultados excepcionales en 2010, tras una ejercicio 2009 lastrado por la crisis.
El gigante anglo-australiano Rio Tinto y el anglo-sudafricano Anglo American triplicaron sus beneficios anuales, a 14.300 millones y 6.500 millones de dólares respectivamente. El grupo suizo Xstrata multiplicó por siete sus beneficios, hasta 4.700 millones de dólares.
Comparados con éstos, los resultados en 2010 del líder mundial el anglo-australiano BHP Billiton parecen casi mediocres, con una alza de su beneficio de 'solamente' 72%, hasta 10.500 millones.
Los otros grupos del sector, desde el brasileño Vale, primer productor mundial de mineral de hierro, hasta el kazajo ENRC y el chileno Antofagasta también deben exhibir resultados brillantes en las próximas semanas.
Estos ingresos deberían permitir a estos grupos aumentar sus inversiones en los próximos años, para poder hacer frente de mejor manera a la demanda, pero también multiplicar los dividendos a sus accionistas.
Así, BHP reveló un programa de compra de sus propias acciones por 10.000 millones de dólares, mientras Rio Tinto lanzó otro por un importe de 5.000 millones.
Además, estos colosales beneficios podrían alimentar el movimiento de fusiones y adquisiciones en el sector, cuya actividad se recuperó espectacularmente el año pasado tras haber estado paralizado por la crisis.
En fin, aunque los expertos no descarten a corto plazo el riesgo de una corrección a la baja de los precios de las materias primas -- debido a los esfuerzos de China para reducir su desenfrenado crecimiento --, los gigantes mineros siguen creyendo que las perspectivas seguirán siendo globalmente positivas.
Esa opinión es compartida por Jonathan Jackson, de la sociedad de corretaje Killik.
Según él, "el sector se beneficiará a largo plazo de una creciente demanda de materias primas, impulsada por el aumento de la población y por la urbanización" en los países emergentes, y al mismo tiempo de una oferta limitada. Además, a medio plazo, invertir en el sector permitirá a los operadores resguardarse contra la inflación.
Por su lado, los analistas de Deutsche Bank consideran que el endurecimiento de la política monetaria en China, destinada a frenar el crecimiento del país, sólo tendrá un modesto impacto. Con ello, "se limitarían los eventuales efectos negativos sobre las cotizaciones" de las materias primas, añaden.
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