Las autoridades de Nueva Zelanda anunciaron hoy que ya son 98 las personas fallecidas por el terremoto que sacudió el lunes la ciudad de Christchurch, en el sur del país, mientras 226 personas continúan desaparecidas.
El jefe de la Policía en el condado de Canterbury, Dave Cliff, indicó al revelar la primera lista oficial de víctimas mortales que han recuperado 98 cadáveres.
La identificación de los cuerpos sin vida se está alargando porque hay muchos quemados y que al no tener huellas dactilares, deben ser contrastados con muestras de ADN de familiares.
"Este desastre nos ha dejado realmente muy tocados (...) Tememos que la cifra final de muertos podría ser mucho mayor que la que esperábamos", afirmó en televisión el primer ministro neozelandés, John Key.
Los equipos de rescate tienen cada vez menos esperanza de encontrar supervivientes, y no han establecido contacto con ninguno desde ayer.
Las autoridades reconocieron que sería un "milagro" encontrar a gente con vida 48 horas después de la tragedia del seísmo de 6,3 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, por la que se ha declarado el estado de emergencia nacional.
Se cree que entre 50 y 100 personas están enterradas bajo las ruinas de la sede de la cadena local CTV, entre ellos una veintena de estudiantes de intercambio japoneses, periodistas y policías que intentaron evacuar el edificio.
La Policía ya les ha dado por muertos, puesto que es demasiado peligroso seguir adelante con la operación de rescate, pero expertos en salvamento de Japón y otros países desplazados a Christchurch siguen peinando los escombros con la ayuda de perros adiestrados.
Un puñado de víctimas fue rescatado en las últimas horas, y los equipos de salvamento ya piensan más en sacar cuerpos que en hallar supervivientes.
Al amanecer concluyó la primera noche de toque de queda en la ciudad, medida decretada para impedir saqueos y evitar que los ciudadanos circulen en la oscuridad por zonas con edificios que se pueden derrumbar en cualquier momento.
Las fuerzas de seguridad han acordonado la zona más afectada, y dos reporteros nipones fueron detenidos cuando se colaron en un hospital para entrevistar a los heridos.
En estos momentos, el 80 por ciento de los distritos de la ciudad carecen de suministro eléctrico y agua potable.
Respecto a los daños económicos, la consultora J.P. Morgan estima que el terremoto costará al Gobierno neozelandés y las aseguradoras hasta 12.000 millones de dólares en indemnizaciones a las víctimas y gastos de reconstrucción
El alcalde de Christchurch, Bob Parker, señaló que el temblor ha causado un destrozo irreparable al centro histórico de la ciudad, lleno de antiguos edificios coloniales y donde se hundió la torre de la catedral del siglo XIX.
EFE
El jefe de la Policía en el condado de Canterbury, Dave Cliff, indicó al revelar la primera lista oficial de víctimas mortales que han recuperado 98 cadáveres.
La identificación de los cuerpos sin vida se está alargando porque hay muchos quemados y que al no tener huellas dactilares, deben ser contrastados con muestras de ADN de familiares.
"Este desastre nos ha dejado realmente muy tocados (...) Tememos que la cifra final de muertos podría ser mucho mayor que la que esperábamos", afirmó en televisión el primer ministro neozelandés, John Key.
Los equipos de rescate tienen cada vez menos esperanza de encontrar supervivientes, y no han establecido contacto con ninguno desde ayer.
Las autoridades reconocieron que sería un "milagro" encontrar a gente con vida 48 horas después de la tragedia del seísmo de 6,3 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, por la que se ha declarado el estado de emergencia nacional.
Se cree que entre 50 y 100 personas están enterradas bajo las ruinas de la sede de la cadena local CTV, entre ellos una veintena de estudiantes de intercambio japoneses, periodistas y policías que intentaron evacuar el edificio.
La Policía ya les ha dado por muertos, puesto que es demasiado peligroso seguir adelante con la operación de rescate, pero expertos en salvamento de Japón y otros países desplazados a Christchurch siguen peinando los escombros con la ayuda de perros adiestrados.
Un puñado de víctimas fue rescatado en las últimas horas, y los equipos de salvamento ya piensan más en sacar cuerpos que en hallar supervivientes.
Al amanecer concluyó la primera noche de toque de queda en la ciudad, medida decretada para impedir saqueos y evitar que los ciudadanos circulen en la oscuridad por zonas con edificios que se pueden derrumbar en cualquier momento.
Las fuerzas de seguridad han acordonado la zona más afectada, y dos reporteros nipones fueron detenidos cuando se colaron en un hospital para entrevistar a los heridos.
En estos momentos, el 80 por ciento de los distritos de la ciudad carecen de suministro eléctrico y agua potable.
Respecto a los daños económicos, la consultora J.P. Morgan estima que el terremoto costará al Gobierno neozelandés y las aseguradoras hasta 12.000 millones de dólares en indemnizaciones a las víctimas y gastos de reconstrucción
El alcalde de Christchurch, Bob Parker, señaló que el temblor ha causado un destrozo irreparable al centro histórico de la ciudad, lleno de antiguos edificios coloniales y donde se hundió la torre de la catedral del siglo XIX.
EFE
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