En una tarde emotiva, el Barcelona cumplió ante el Getafe (2-1) y despidió una semana para olvidar: la que empezó con una información radiofónica que le relacionaba con prácticas de dopaje y prosiguió con la noticia de que al lateral azulgrana se le había detectado un tumor en el hígado.
No salió bien el Barza al choque, demasiado impreciso, innecesariamente sobrexcitado. Quizá por todo lo acontecido en los últimos días y por ese homenaje que jugadores y afición tributaron a "Abi" justo antes de que empezara el partido.
Diecisiete minutos empleó en serenarse el Barça, los que tardó el marcador en moverse. Alves pateó un balón suelto en la frontal y batió a Codina con un enorme derechazo.
El Getafe es un equipo con desparpajo, de esos que gustan jugarle al rival de tú a tú, cuando tiene ocasión. Y con ese propósito salieron los de Michel en la segunda parte, con Manu del Moral y Arizmendi estirando el campo y Parejo recibiendo algo más adelantado.
No contaba, no obstante, con el temprano gol de Bojan, un golpeo con la zurda que rebotó en la defensa del equipo madrileño y dejó clavado a Codina a los cinco minutos de la reanudación.
El tanto del delantero catalán, que cumplía cien partidos en Primera, cayó como una losa en un Getafe que por momentos dejó de creer en sus posibilidades.
El Barza se gustó a partir de entonces. Cada vez más entonado, cada vez robando más arriba y con un Mascherano inconmensurable en la destrucción, bordó el fútbol en un gran cuarto de hora en el que, sin embargo, no estuvo acertado de cara al gol.
El partido fue perdiendo gas, poco a poco, los de Guardiola se dejaron ir en exceso y el Getafe, ya no tan exigido atrás, logró recomponerse, aunque sin llegar a inquietar a Valdés.
Sin embargo, un remate de Manu del Moral a la salida de un córner a falta de dos minutos para el final puso el 2-1 en el marcador y toda la emoción al partido. Albín, en la última jugada del choque, pudo empatar, pero erró en el control y el balón lo sacó Adriano.
EFE
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