“Que haya un grupo que pida vetos y censuras sobre sus colegas porque no piensan como ellos me parece de la peor tradición latinoamericana de la que estamos tratando de librarnos y me confirma mis ideas a favor de la democracia, del liberalismo, de la tolerancia”, declaró Vargas Llosa en una entrevista que publica hoy el diario “Clarín”.
El director de la Biblioteca Nacional argentina, Horacio González, instó a la Fundación El Libro, a través de una carta pública, que no invite a Vargas Llosa a la inauguración de la Feria del Libro de Buenos Aires, el próximo 20 de abril, por considerar que es “un hombre de agresividad creciente hacia los procesos populares” y no concuerda “con las corrientes de ideas que abriga la sociedad argentina”.
La iniciativa fue apoyada por un grupo de intelectuales kirchneristas. Pero el veto fue retirado a pedido de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, luego que la polémica trascendiera las fronteras. “Le agradezco a la señora Kirchner su intervención y me da la impresión de que es más lúcida que los intelectuales que la apoyan”, sostuvo Vargas Llosa.
El Premio Nobel advirtió además que el veto generará el efecto menos deseado por el Gobierno argentino.
“Lo último que se me hubiera ocurrido es ir a inaugurar la Feria del Libro para hacer política. No era lo propio, lo adecuado. Sé que hay un sitio para cada cosa. Ahora ellos han creado una situación muy difícil porque sería un terrible escamoteo que yo no hablara de mis posiciones y mis ideas cuando me querían prohibir que lo hiciera”, anticipó.
“Es una cuestión de dignidad, de coherencia, y sería una frustración para quienes quieran escucharme que no me dé por enterado de lo que han dicho, de las acusaciones que me han hecho y, además, de las etiquetas que me han colocado”, agregó el autor de “El sueño del celta”, su última novela.
Vargas llosa se expresó “sorprendido, entristecido y desmoralizado” porque el veto “parece que daba la razón a muchas de las críticas que yo he hecho”. “Pero el veto no me parecía concebible en Argentina”, sostuvo.
“Sobre todo pensaba que en Argentina esto ya no era posible (…) no está a la altura de lo que es la cultura argentina”, lamentó.
El escritor peruano remarcó en ese sentido que “la única vez que había sido censurado en Argentina fue con la dictadura de Videla”.
“Me prohibió ‘Pantaleón y las visitadoras’ y ‘La tía Julia y el escribidor’. Tengo un decreto absolutamente maravilloso firmado por el general Harguindey, el que era ministro del Interior, explicando las razones, diciendo que yo había ofendido al ser argentino”, recordó.
“Los argumentos del señor González y de los intelectuales kirchneristas de esta asociación, que no sé cómo se llama, son muy semejantes a los utilizados por el general Harguindey”, advirtió
DPA
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