La excandidata a la Vicepresidencia de Colombia y exrehén de las FARC Clara Rojas dijo en una entrevista con Efe que “lo más duro ya pasó”, con motivo de la presentación de su segundo libro en el que ahonda en la superación personal a partir de su dramática experiencia.
Rojas presentará este miércoles en Bogotá “A prueba de fuego” (Editorial Norma) tras el éxito de su primer libro, “Cautiva”, que ha sido traducido a trece idiomas y vendido 150.000 ejemplares en América y Europa.
Este nuevo relato surge cuando han pasado tres años desde que Rojas fuera liberada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y cuando esta abogada bogotana siente que “lo más duro ya pasó”.
Rojas fue secuestrada en 2002 junto a su entonces compañera, Íngrid Betancourt, cuando hacían campaña para las presidenciales de aquel año y la guerrilla las atrapó en el sureño departamento de Caquetá.
“Estos tres años en libertad han sido una época muy importante. También me han representado ciertos desafíos, como lo narro en el libro, y ya he podido restablecer mi vida normalmente”, manifestó.
Rojas confesó que ahora su apuesta es la literatura tras fracasar en 2010 en su intento de ser elegida senadora por el Partido Liberal, pues, dijo, además de expulsar los demonios escribir es una actividad que se afianza en la medida que se sigue “haciendo la tarea”.
Confió, así, en que “A prueba de fuego” resulte “más interesante” que “Cautiva”, en el que narró las vicisitudes de su secuestro y su experiencia ser madre de Emmanuel, fruto de una relación consentida con un guerrillero.
“Estoy contando una experiencia. Algo que me pasó y que me parece funciona para afrontar una situación difícil (…). Podría entenderse como (un libro de) autoayuda, pero es un testimonio más”, subrayó, al manifestar que ha dejado “los códigos de lado” y se ha sentido “muy bien escribiendo”.
Reveló asimismo que “en este momento” tiene “los pies en la realidad” y le “llama mucho la atención lo que está pasando”, en alusión a la nueva realidad colombiana.
Y es que su frustrado intento de formar parte del Congreso le dejó “en lo personal, una experiencia positiva 99 por ciento” pues tuvo “la oportunidad de volver a recorrer el país”.
“Fue como volver a tomar el pulso, a tomar un tacto de primera mano, y ver sus posibilidades y también sus carencias. Encontrarme con la gente, con muchos jóvenes. Madres cabezas de hogar. Volví a ver la realidad social tan particular en Colombia”, relató.
Por eso cree que Colombia “tiene unas semillas muy importantes para la ‘resiliencia’, la capacidad de superar momentos difíciles”, al reconocer: “la mayoría estamos abocados a enfrentarnos a muchos retos por los problemas sociales”.
En ese sentido, apuntó que para lograr la paz falta “una mayor voluntad” y por eso, argumentó: “debemos ponernos a la tarea de alcanzar la reconciliación” mediante un proceso en el que participen los actores armados.
“Tienen que tomar conciencia. Tienen que participar. Siempre he pensado que son como unas personas autistas, como incomunicados, que viven otra realidad. Ojalá se logre romper esa barrera del silencio y se pueda llegar a algún acuerdo”, remarcó.
Clara Rojas sueña con una Colombia en la que “la gente pueda caminar por cualquier carretera, por cualquier calle” y por eso confió en que las FARC reflexionen, porque “el Gobierno (de Juan Manuel Santos) les ha dado como el campanazo de que eventualmente podrían tener la puerta abierta”, en alusión al diálogo.
En la actualidad, Rojas completa sus estudios de inglés, francés y alemán, y aunque ha recibido ofertas para vivir en otro país se quedará en Colombia por su hijo Emmanuel.
“Me pareció en esta primera etapa afianzar sus raíces. Lograr esa cohesión familiar que es tan importante y quizá más adelante si él quiere, vivir en otro lado”, explicó.
Ahora, “lo más importante es fortalecer esos lazos familiares (…) de idioma y de amistades. La identidad de país, sentirse parte de algo. Me parece que era algo muy importante fortalecerlo en esos primeros años de vida”, concluyó la exsecuestrada, en referencia a su pequeño de siete años.EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario